Leyre con algunas de sus pinturas recientes. Francisco del Águila

Leyre Apellániz Actriz y dibujante

«He viajado por toda Europa y no he visto nada como Almería»

La bilbaína, criada y residente desde muy pequeña en Aguadulce, expone una colección de pinturas en El Faro Recóndito y reflexiona sobre el mundo artístico hoy

Javier Cortés

Roquetas de Mar

Martes, 5 de septiembre 2023, 19:57

Leyre Apellániz (1995, Bilbao) es una chica polifacética que compagina su trabajo de tripulante de Cabina de Pasajeros, en Dublín (Irlanda) con su profesión: actriz. Además le ha pillado el gusto a pintar paisajes de la provincia de Almería, en especial, las playas del levante.

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–A una edad temprana dejaste Bilbao para venir a Aguadulce. ¿Por qué?

–Me vine a vivir a esta localidad, debido a que mis padres se mudaron por trabajo y luego por voluntad propia, ya que se enamoraron de Almería y su belleza. Desde muy pequeña mis padres me explicaban la suerte que tenía de haberme criado bajo el sol y frente a la playa. Sin embargo, cada verano íbamos al norte, nos reuníamos con la familia, disfrutábamos de esos paisajes tan verdes y la cultura vasca que es tan hermosa.

En aquel momento no terminaba de entender cómo mis padres habían tomado esa decisión porque extrañaba el frío, las montañas y a mi familia. Sin embargo, un día, todo hizo clic. Era ya mayor y recuerdo perfectamente el atardecer en Cabo de Gata, concretamente en Cala Rajá. Nunca había sentido algo así. Las noches de verano dejaron de ser sofocantes y empezaron a ser eternas.

Almería tiene cosas maravillosas sobre todo por la calidad de vida que te ofrece, un lugar tranquilo, con un buen clima, su gente y la comida, pero lo que enamora de Almería a la gente como yo es El Cabo indudablemente; las playas vírgenes, el sol que inunda ese paraíso donde puedes bañarte en cualquier época del año o al menos pasear por la orilla descalzo en el caso de los más frioleros.

–¿Qué es lo que más te fascina de la provincia de Almería?

–He viajado por prácticamente toda Europa, he podido descubrir distintos lugares del mundo y jamás he visto algo como Almería. Esa paz, la brisa marina que te da el aliento, las ganas de que nunca termine el atardecer. Eso es para mí Almería, el Cabo, hogar, paz, armonía y tranquilidad.

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–De hecho, pintas paisajes que por lo general son muy costeros. ¿Cuáles son tus playas favoritas para plasmarlas en tus cuadros?

–El mar es mi inspiración, y más concretamente el paraje natural de Cabo de Gata con su belleza salvaje y virgen. Me resulta muy complicado decantarme por una playa favorita pero, uno de mis lugares especiales es El playazo de Rodalquilar, sin duda, el paisaje es único, con sus montañas y arena, sin embargo es tanta belleza que me abruma a la hora de querer pintarla. También es increíble Genoveses, su paisaje inundado por pitas y lleno de flores amarillas en la primavera.

–Durante el mes de julio ha estado expuesta tu colección de cuadros en la librería 'El Faro Recóndito', ¿qué supone para ti?

– Siento una gran satisfacción personal por haber compartido algo que he amado y hecho para mí desde siempre, y que pueda estar presente en en un espacio público donde más gente pueda apreciarlo.

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–¿Cómo surgió la idea de realizar este tipo de obras?

–A pesar de llevar pintando toda la vida, como suele pasar cuando te haces adulto que no le dedicaba el suficiente tiempo y tuvo que llegar a mi vida un accidente de tráfico en el que me vi obligada a tener que guardar reposo en casa para recuperar esas ganas de volver a pintar. Echaba de menos salir y por supuesto ver el mar y pensé en el Cabo, simplemente me vino a la mente. Encontré una imagen que me inspiró de los Genoveses y quise plasmarla y ahí comenzó todo.

–Aparte de la pintura, te dedicas al mundo artístico como actriz y modelo. ¿de dónde viene esa atracción?

Desde siempre me ha interesado el arte, mis padres me enseñaron a apreciar la cultura y el mundo artístico en sí, me llevaban a exposiciones de pintura, conciertos de todo tipo de música y me inculcaron el amor por el cine. Conozco y he practicado muchos tipos de técnicas de pintura, ya que estudié en la escuela de Bellas Artes de Almería y tuve la suerte de poder aprender diversas técnicas artísticas ya de muy pequeña con un gran amigo y pintor almeriense: Santiago Gargallo.

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Él fue uno de mis grandes motores de inspiración en mi recorrido en la pintura. Sin embargo, el teatro fue algo que me nació siendo adolescente, un día, de repente, recuerdo decirle a mi madre «quiero actuar». No sé cómo ni de dónde vino esa idea, simplemente necesitaba expresar algo y pensé que ese recurso podríaservirme.

La primera vez que actué en un escenario fue uno de los días más increíbles de mi vida, tenía 13 años y recuerdo que supe que no quería dejar de hacerlo. ¿De dónde viene esa pasión? No lo sé, nadie de mi familia actúa, ni modela, ni mucho menos pinta, quizás algún antepasado del que nunca escuché hacía o quizás simplemente mi extrema sensibilidad me obligó a hacerlo.

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–¿Es difícil dedicarse a este ámbito profesional?

– En cualquier ámbito artístico es muy difícil poder decir «vivo únicamente de ello», incluso si lo quieres compaginar con otro trabajo, como es mi caso, es realmente duro porque siento que no tengo todo el tiempo y la energía que me gustaría dedicarle, pero en mis ratos libres trato de mantenerme pintando, ya que me resulta muy gratificante y no quiero dejarlo de lado.

–El hecho de haber vivido fuera por estudios o por trabajo, ¿le ha hecho apreciar más está tierra? ¿Y su Bilbao natal?

–Por estudios me fui a Málaga y quizás ahí no sentí tanto la diferencia, pero cuando me fui a Madrid para potenciar mi carrera no imaginaba lo duro que sería el alejarme tantísimo del mar por primera vez. El primer año supuso una añoranza constante, por supuesto extrañaba el hogar, pero con el tiempo me di cuenta de que volver a Almería para pasar todos los días posibles en el Cabo se había convertido en una necesidad.

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La necesidad de pisar la arena con los pies descalzos, respirar el aire puro impregnado de sal, simplemente algo tan relajante como ver el romper de las olas. Mi mente y todos mis sentidos me gritaban que ahí era donde debía estar, sin embargo, nunca pensé en pintarlo hasta que me fui a los Países Bajos a vivir. Salir de España fue aún más duro, alejarme de todo lo que conocía, otra cultura, otra lengua, costumbres, paisajes, y cuando volví a Almería entonces surgió el primer cuadro.

Era el momento de plasmar lo que tanto necesitaba, no solo con fotos. Ahora que vivo en Irlanda, el ponerme a pintar mi Cabo de Gata me ayuda a recordarlo todo, me hace sentir muy cerca otra vez de casa y me encanta volver para enseñar mis nuevas pinturas porque solo la gente de Almería puede sentir esto que quiero expresar, en palabras y en pinturas.

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