Unidos por Turaniana «atónita» con la idea de demoler el cuartel de Los Bajos de Roquetas

Para el colectivo «lo que más nos sorprende, además, es que se niegue categóricamente cualquier valor a esta edificación, sin haber realizado ninguna investigación histórica por parte de los técnicos que así lo afirman», explicaron, con una postura similar a la mantenida por el colectivo con la casa de Anita Guerrero, sobre la que también reclamaron un estudio detallado de su valor histórico antes de proceder a su demolición para salvar únicamente la fachada en ese caso.

Valor histórico

Galdeano detalló que el cuartel fue construido a mediados del siglo XIX en un contexto de lucha contra el contrabandismo, cuyo control era competencia del cuerpo de Carabineros, creado en 1829. «Por si esto fuera poco, fue construido con materiales reutilizados de la desaparecida Torre de los Bajos, edificada hacia 1765 y que fue volada a principios del siglo XIX en el contexto de la Guerra de Independencia». De hecho, «en la base del cuartel son perfectamente distinguibles los grandes bloques de piedra procedentes de esa torre, y que posiblemente fuesen reaprovechados provenientes de Turaniana, lo que nos habla de valores incluso arqueológicos».

La plataforma reconoció sentirse «desconcertados enormemente» por lo que consideran un «desprecio» hacia uno de los pocos edificios de la Roquetas del siglo XIX. «Más allá de haber perdido el mobiliario interno y el tejado, conserva su estructura básica y los pilares que soportaban dicha cubierta, lo que le aporta un gran potencial para instalar en él un centro de interpretación de la Algaida, con aseos y un punto de información turística».

«A nadie se le ocurriría demoler el cuartel de los Bajos, un hito en el paisaje de la Ribera de la Algaida que forma parte de la memoria colectiva de nuestro municipio, reconocido por todos y creemos que también por el Ayuntamiento, o eso pensábamos hasta ahora», indicó a IDEAL Galdeano. A su juicio, el Ayuntamiento debería, en primer lugar, reconocer ese valor en el ordenamiento urbanístico e incluirlo en el Catálogo de Bienes Protegidos del PGOU, para después comprarlo y proceder a su restauración y puesta en valor. «Mientras tanto, si consideran que existe riesgo de derrumbe, bastaría con establecer un perímetro de seguridad vallado. Los roqueteros no comprenderían que se hiciese desaparecer este testigo de su historia», valoró.