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Antonio Rodríguez posa para IDEAL con redes de pesca en una barraca en el Puerto de Roquetas. Javier Cortés
«La única pesca que no debería estar prohibida es la del delfín»

Antonio Rodríguez Moreno

Pescador artesanal jubilado y armador
«La única pesca que no debería estar prohibida es la del delfín»

Trabajo ·

Este pescador reflexiona sobre los problemas que tiene la pesca tradicional, la dureza de la profesión, además de contar algunas anécdotas y vivencias

Javier Cortés

Roquetas de Mar

Domingo, 25 de febrero 2024, 22:37

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Antonio Rodríguez Moreno (1947, Roquetas de Mar) es uno de los pescadores con mayor trayectoria del puerto de Roquetas de Mar. A sus espaldas ha trabajado más de 40 años en esta profesión y conoce en profundidad los principales problemas que tiene la pesca en la zona, pero también a nivel de la provincia de Almería.

–¿Cómo aprendió esta profesión?

–Cuando tenía 10 años, mis padres trabajaban en la pesca. La familia por parte de mi padre se dedicaba a esta profesión, la familia por parte de mi madre se dedicaba a la agricultura, que era sobre todo de secano. Mi padre era dueño de un barco, que ya era por aquel entonces tradición de mis abuelos. Lo mismo que ahora también están mis hijos de pescadores. En definitiva, hemos sido cuatro generaciones de pescadores.

–¿Cuánto tiempo ha estado trabajando como pescador?

–He trabajado como pescador artesanal siempre en el litoral de Almería desde que empecé hasta que me jubilé, a los 60 años. Tengo 40 años cotizados, más el 10 % que me dieron, que fueron 4, 44 años, más los dos años de la 'mili', 46 años. En cuando a ese porcentaje, los barcos que no llegan a 10 toneladas le dan un 10% por año cotizado porque es un trabajo peligroso, al igual que el de los mineros. En el caso de los barcos grandes, de más de 10 toneladas, le daban un 15% por año cotizado. Me podría haber jubilado a los 55 años habiendo trabajado en un barco de los grandes.

–¿La pesca es una profesión dura?

–Es muy sufrida y no está pagada porque echamos más horas... De hecho, si a nosotros nos pagaran la hora lo mismo que en tierra, seríamos los hombres más ricos. Solo recibimos los ingresos por la venta del producto. Antiguamente no se paraba ni sábado ni domingo porque los herramientas de trabajo eran las que había. Cuando había una hora de buen tiempo, había que meterse. Algunas veces he trabajado sin motores, a remo y a vela.

–¿Cuál es la situación más complicada que ha vivido pescando?

–Cuando era joven, porque los barcos de antes no son los mismos que los de ahora. Los barcos eran muy pequeños y eran a remo o a vela. Hoy hay mucha información con los teléfonos, que cogen los tiempos. Antes tenía que ser por señas del cielo. Claro que estaba la naturaleza mejor que hoy, que está hecha polvo. Creo en el cambio climático, en esas cosas creo porque coincide con mi cerebro. He convivido en todo con todo ello. He conocido la naturaleza de antes. Ahora estamos en una etapa de tránsito, contaminaciones. Antes no había coches, cruceros...

–¿Qué pescadores van a otras costas como la de Málaga o Valencia?

–La pesca local no va, solo van los que tienen títulos más grandes. Tengo un sobrino que tiene un título del Atlántico, va navegando hasta las Islas Canarias. Como tengo un barco de menor tonelaje y por mi título me quedo por el litoral almeriense.

–¿Qué es lo que solía pescar?

–El barco de menos de 10 toneladas, que era con el que trabajaba, tiene la licencia para pescar pulpo, jibia, pargos, salmonetes, lubinas, chirla, atún rojo, etc. Los pulpos antes no los criábamos, no los pillamos porque no valían y los dejábamos ir.

–¿Qué es lo que más le ha costado pescar? ¿Y lo más sencillo?

–La chirla. Para poder hacerlo tienes que tener arte, porque es muy complicada sacarla de ahí. Se pesca pegado a unos 50 metros de la playa, en caladeros que no haya algas. Lo más fácil ha sido la pesca de cerco (estilo de pesca que consiste en cercar al pez una vez ubicado en un banco de peces) para pescar principalmente sardinas, jureles y aguja, entre otros.

–¿Cuál ha sido el pescado más grande que ha atrapado?

–Me he dedicado dentro de la pesca artesanal, al trasmallo, por lo que los más grandes han sido las jibias y salmonetes.

–Cuándo tiene el pescado, ¿lo vende todo en la lonja? ¿Se queda para consumo propio?

–Si necesito dos kilos de pescado para mi casa, antes que ir a comprarlo, me lo dejo para mí. Pero la gran parte lo vendo en lonjas.

–¿Hay algún animal que sea 'enemigo' vuestro?

–Sí. De hecho, la única pesca que no debería estar prohibida es la delfín porque es dañina para las redes porque se las comen y las hacen polvo. ¿Sabes la pila de horas que he podido echar? Miles y miles de horas cosiendo las redes. Además, puse una queja a medio ambiente. Ahora bien, la tortuga mora y otras especies veo bien que estén protegidas. Pero los delfines no tendrían que existir, es igual que los lobos en el campo. Es un animal de los más listos en el mar, están atentos a todo. De la zona de Andalucía donde más hay delfines es del Estrecho de Gibraltar hasta esta zona.

–¿Cuáles son los mayores problemas de la pesca?

–Me acuerdo de una conversación que tuve hace un tiempo que sacábamos almejas muertas, ¿Por qué salían muertas? Por la toxina que tienen, la contaminación. Todo lo que nace en el fondo del mar, se muere. Este una de los mayores problemas de la pesca a nivel general. Principalmente los usos de productos como lejías, detergentes para lavadoras son los culpables.

Otro de los problemas son las 'artes ilegales de algunos pesqueros, que ya había pagado Europa para que los eliminasen y muchos no lo han hecho, y matan, de forma accidental, delfines, tortugas y ballenas cerca de nuestras costas. También la pesca deportiva nos hace daño.

Por su parte, al sector pesquero lo están haciendo desaparecer para que vivan las piscifactorias, que son las grandes empresas. De hecho, hay una empresa canadiense que se ha ido apropiando de todas las piscifactorias que hay por todo el Mar Mediterráneo. Ellos son los que manipulan, que es como va el mundo, todo manipulado. En vez de ayudar al sector pesquero, lo están hundiendo para que solo se maneje y ya ellos manejas los precios.

Por ejemplo, la piscifactoría que tenemos en el Cañarete es de los canadienses, esa querían poner en un agua y los armadores nos pidieron autorización y nos opusimos. También es un problema el exceso de burocracia, muchos papeles.

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