El Seprona actúa contra las autocaravanas en la costa ante la pasividad municipal

Parecía que la aprobación, en el mandato pasado, de una Ordenanza que regulara la práctica del autocaravanismo en el municipio iba por fin a poner orden en el municipio de Roquetas de Mar donde hace más de una década que este asunto viene generando polémicas y debates, pero lo cierto es que nada ha cambiado. Así lo aseguran vecinos de Las Salinas y de Playa Serena, los dos lugares predilectos por los autocaravanistas para asentarse, algunos durante meses, sin que se controle su estancia.

Los que sí han empezado a actuar son los miembros del Seprona de la Guardia Civil, a los que los propios vecinos han llamado para poner de manifiesto la invasión de las zonas de dominio público marítimo, donde este cuerpo sí tiene competencias para actuar. Desde la Guardia Civil se ha confirmado a IDEAL la existencia de actuaciones en este sentido, en lugares como la Ribera de la Algaida, aunque no han precisado su número y las acciones emprendidas, ya que la operación sigue abierta y se está actuando aún.

En todo el municipio este año hay decenas de autocaravanas estacionadas pese a la covid-19 y, según indicaron vecinos que prefieren no identificarse «algunos permanecen en el mismo lugar incluso tres meses, vacían sus aguas grises en los imbornales de los pluviales, llenan sus depósitos en las duchas o las fuentes públicas y se pueden ver con mesas y sillas en el exterior».

Las críticas se dirigen hacia el Ayuntamiento de Roquetas de Mar, donde se han presentado escritos advirtiendo de la situación, que no solo genera molestias y agravios comparativos hacia los ciudadanos que pagan sus impuestos y tasas por recibir los servicios que los autocaravanistas disfrutan gratis, sino también hacia negocios turísticos que cobran por dar esos servicios a los autocaravanistas, que los disfrutan gratuitamente pagados por todos los roqueteros.

Como se recordará, en 2017 se trabajó de forma consensuada entre todos los grupos municipales en la redacción de una Ordenanza que regulara estas prácticas ante las limitadas acciones que se podían adoptar desde la Policía Local. Sin embargo, según han admitido fuentes municipales, ese documento no se está aplicando y ahora se está a la espera de lo que decida el alcalde, que como se sabe, asumió el pasado lunes las competencias de Movilidad, que dirigirá personalmente tras el desmantelamiento del área de Desarrollo Urbano en el que se agrupaban.

Según la Ordenanza aprobada en su día, en Roquetas de Mar hay tres espacios de pernoctación para autocaravanas, que se sitúan en Playa Serena Sur; en La Romanilla en el punto conocido como El Rompizo y en una zona existente en el paseo marítimo de Villa África de Aguadulce, pero la realidad es que aparcan en cualquier punto, incluidos espacios sensibles como la Ribera de la Algaida.

Según se dijo desde el Ayuntamiento cuando se dio a conocer la Ordenanza, las autocaravanas «no precisan de ningún permiso especial para poder circular, pero debido a su auge, se ha creado una Ordenanza municipal que regula el estacionamiento y pernoctación de estos vehículos y sus ocupantes en el término municipal».

Y es que la diferencia entre acampar y estacionar es algo que condiciona el uso de estos vehículos. Pueden estacionar como cualquier otro y dormir en ellos, pero en el momento en el que elementos del vehículo sobresalen del mismo ya se consideraría acampada. Tampoco pueden, obviamente, vaciar sus depósitos en los sistemas públicos de alcantarillado, y según la Ordenanza de 2017, tampoco pueden permanecer en el mismo punto más de 72 horas continuas durante la misma semana.

Sin embargo, el reglamento está pendiente de revisión desde el año pasado y los vecinos critican la pasividad de la Policía Local.