El sector turístico teme un apagón de clientes en cuestión de una semana

La ausencia de visitantes internacionales hace temer el fin adelantado de la temporada en cuanto empiecen las clases escolares

JULIO VALDIVIA

ROQUETAS DE MAR

Lunes, 30 de agosto 2021, 23:29

Tras un verano que según todos los consultados ha sido especialmente bueno, el sector turístico de la provincia afronta la finalización de agosto y la llegada de septiembre con mucha incertidumbre sobre el comportamiento del mercado a partir de ahora, y con el temor de que la temporada acabará de forma precipitada ante la ausencia de visitantes extranjeros que eran los que tradicionalmente sustituían al turista nacional a partir de estas fechas.

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En el calendario, comerciantes de las zonas turísticas y hoteleros tienen marcado en rojo el fin de semana del 10-13 de septiembre, que es cuando temen que finalice la temporada teniendo en cuenta que las clases escolares comenzarán al final de esa semana.

El turismo familiar en el que está enfocado el sector almeriense en su mayoría, especialmente el de sol y playa, focaliza la clientela a los meses de vacaciones escolares, pero al comenzar el colegio, esas familias desaparecen. En un año normal, aún quedan visitantes sin hijos, parejas de mayores y jóvenes fundamentalmente, que aguantan en las zonas turísticas hasta bien entrado el otoño y que eran en su mayoría turistas extranjeros.

Este año el mercado internacional se da por perdido y salvo que este año atípico traiga también unos inesperados visitantes españoles sin hijos, la temporada habrá terminado en los primeros compases del mes de septiembre.

La Asociación de Promotores Turísticos de Roquetas de Mar, que agrupa a los hoteleros del mayor motor del turismo provincial, apuntan a unas previsiones que califican directamente de «malas». Así lo aseguró ayer a IDEAL su presidente, Francisco García, que explicaba que «mientras no haya turista internacional es muy difícil sustituir a los clientes».

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Los hoteleros roqueteros no prevén la llegada de visitantes extranjeros, teniendo en cuenta que los turoperadores han descartado poner en marcha sus operativas y que los únicos visitantes que pueden llegar a la provincia serán en vuelos regulares, que sobre todo desde Málaga o Alicante, decidan pasar unos días en la provincia.

García calificaba de buenos los meses de julio y agosto, «tremendo» decía con respecto a este agosto que concluye hoy martes, pero más allá de los primeros días de septiembre, la mayoría de los hoteles tienen ya previsto cerrar.

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En el caso de Roquetas únicamente se escaparán este otoño-invierno los pocos que operarán los viajes del Imserso, previendo algo de ocupación para octubre, noviembre y diciembre, siempre y cuando el plan de vacaciones para mayores se mantenga, con el permiso de la covid-19.

Desde Ashal, la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Almería, su presidente, Pedro Sánchez-Fortún, es más optimista con respecto a septiembre, al menos en la primera quincena. Según la previsión de esta asociación la ocupación de las dos primeras semanas de septiembre rondará el 70-80 por ciento en la costa, incluido El Toyo, mientras que en la capital se reduce al 40 por ciento, aunque la esperanza está puesta en las reservas de última hora, que si funcionan podrían elevar esa ocupación en la ciudad a niveles de la costa. En cuanto al interior, la ocupación en septiembre será de poco más del 30 por ciento, si bien se espera que los fines de semana pueda subir al 90%.

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Sánchez-Fortún también hizo un balance muy positivo del verano con ocupaciones superiores al 90 en los establecimientos turísticos asociados a Ashal, que en algunos casos llegaron al lleno total.

Tampoco en el comercio ligado al turismo las perspectivas son mejores. La Asociación de Comerciantes de la Urbanización de Roquetas, Aceur, afronta septiembre con mucha incertidumbre. «No tenemos ni idea de cómo va a funcionar septiembre», se sinceraba su presidente, Javier González. Los comerciantes roqueteros ya han constatado un bajón en los últimos días de este mes de agosto, algo por otro lado habitual en el sector turístico de la ciudad, pero más allá de los primeros días de septiembre cunde la preocupación. «Esperemos que nos dé para mantenernos», explicó González, que tiene sus esperanzas puestas en el bono turístico andaluz y en los viajes del Imserso.

Desde Aceur se hacía un balance muy positivo de julio y agosto, que han sido «muy buenos», aunque el aumento de las ventas, que ha estado en muchos casos por encima de los últimos años anteriores a la pandemia, no ha sido suficiente para compensar las pérdidas del conjunto de este año, con unos ingresos totales que siguen por debajo del último año sin covid, 2019.

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Tampoco se es optimista desde la Asociación de Empresarios de Playa, que agrupa a los chiringuitos de la provincia. Como los demás, el temor es que cuando empiecen los colegios se acabe todo, aun con reservas previstas, porque «no valen para nada al no tener penalización si se anulan, son papel mojado». Eso sí, se espera que con el fin de la temporada alta regresen a la Urbanización los turistas locales, que llevan más de dos meses sin aparecer espantados por la falta de aparcamientos, según reconocía su presidente, José Ramos.

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