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JULIO VALDIVIA
ROQUETAS DE MAR
Lunes, 4 de mayo 2020
Librería Metáfora, uno de los referentes literarios de la provincia, se ha enfrentado a la crisis de la Covid-19, que les obligó hasta ayer lunes a permanecer cerrados, con las mismas armas que las grandes multinacionales: venta online y reparto a domicilio propio gratuito.
Isidoro Salvador, su propietario, ha tenido que hacer un ERTE para sus tres trabajadores, aunque ha mantenido uno de ellos a media jornada para sostener la única vía de ingresos posible en estas semanas: la venta a través de Internet. Esta veterana librería roquetera ya disponía de página web para hacer pedidos, pero desde que se declarara el estado de alarma las ventas a través de ese sistema, así como desde WhatsApp o teléfono, se han multiplicado, con un aumento del 500%.
Aún así, en un negocio en el que la mayor ventaja frente a las grandes tiendas online sigue siendo la cercanía, los consejos y el contacto con el librero, el volumen de facturación se ha recortado considerablemente y las ventas se han reducido a una cuarta parte de lo habitual. «He salvado los muebles, porque lo importante era no romper el vínculo con el cliente», valoró Salvador a IDEAL.
De esta manera, además de la tienda a través de Internet que estaba ya operativa, la librería se ha encargado de llevar los pedidos a domicilio, dentro del municipio, con tanta o más rapidez que los gigantes de la venta online.
Un servicio a domicilio que su responsable asegura que se mantendrá por el momento pese a que ya es posible ir personalmente a la librería. «Es previsible un aumento enorme del comercio electrónico y esto va a empeorar la situación de las librerías», asegura este enamorado de los libros, que además de librero es economista de profesión.
En muchos casos, ese reparto en el mismo día o al día siguiente del pedido no ha sido necesario, ya que buena parte de las compras se han podido recoger directamente en la librería.
La crisis de la Covid-19 no solo ha cambiado la forma de comprar, también el tipo de compra. El gerente de librería Metáfora destaca un aumento en las ventas de los libros infantiles, algo lógico tras más de dos meses con los niños sin poder salir, así como cómics y novela. Estos productos son ya «el motor de la librería», pero su venta ha aumentado aún más, lo que refleja una necesidad de entretenimiento mayor. En el caso de la novela, el cliente ha buscado tramas «entretenidas y quizá más ligeras» para pasar estas semanas.
Isidoro Salvador considera la experiencia «satisfactoria» pese a todo, aunque dibuja un futuro más complicado aún para negocios como las librerías. «Se va a incrementar el comercio electrónico y los que van a ganar son los de siempre», asegura, a la vez que recuerda que este tipo de multinacionales apenas tributan en España y se aprovechan de su tamaño y recursos para desviar gran parte de su facturación a otros países, lo que supone una competencia desleal y una menor aportación a las arcas del Estado que suma a su ventaja a la hora de negociar con los proveedores mejores condiciones. «Yo tengo una imposición por beneficios del 25 por ciento y ellos no llegarán al 5 por ciento; los pequeños no tenemos sus armas, ni un ejército de abogados, ni el juego fiscal que tienen ellos», se lamenta sobre la competencia de las grandes tiendas de Internet.
Pese a todo, Metáfora confía en mantener esa relación con el cliente que ha consolidado este negocio en Roquetas de Mar, entendiendo que el librero ofrece «una mayor proximidad y una mayor relación y conocimiento del cliente», algo que se mantendrá, si bien admite que buena parte de los hábitos de compra electrónica generados en estas semanas de confinamiento se van a quedar y en ese caso «esa relación se diluye, somos más despachadores que otra cosa».
Eso sí, una parte buena de esta crisis y la apuesta por el servicio a domicilio puesta en marcha, ha sido la llegada de nuevos clientes al negocio. Muchos de los compradores de estas semanas han sido nuevos clientes que no querían salir de casa y buscaron el método más rápido para recibir sus libros, que era el que proporcionaba desde Roquetas esta librería.
Lo que no volverá de momento son las actividades, habituales en esta establecimiento roquetero, convertido en un auténtico centro cultural con presentaciones o cuentacuentos, que mientras sigan las medidas de distanciamiento social están suspendidas. En este aspecto Isidoro Salvador reconoce otra debilidad de los pequeños libreros, ya que ni tienen recursos humanos para organizar tantas actividades, ni disponen de medios tecnológicos para pasarse a celebrar actividades telemáticas.
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