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JULIO VALDIVIA
ROQUETAS DE MAR
Domingo, 25 de octubre 2020, 07:21
Más de una docena de colectivos ecologistas y conservacionistas han presentado recientemente una solicitud ante la Junta de Andalucía para que se apruebe la declaración de Monumento Natural Biótico para el Taray de Los Bajos y el Tarajal de La Ventilla de Roquetas de Mar.
La petición tiene un doble objetivo, ya que por un lado se quiere poner en valor estos tarays singulares, en un entorno ya de por sí de gran importancia, cerca se encuentra el Monumento Natural de la Barrera de Posidonia y la Ribera de la Algaida, recientemente reconocida como humedal. Por otro lado, se quiere que con esta declaración se les dote de una mayor protección.
De esta forma, la petición de las organizaciones ecologistas reclama a la Junta de Andalucía que se adopten las medidas necesarias para asegurar el perímetro de los tarays. También se pide un protocolo de limpieza y conservación, el diseño de itinerarios donde la ciudadanía pueda disfrutar y conocer su singularidad ambiental, además de la instalación de paneles informativos e interpretativos.
La petición, a la que ha tenido acceso IDEAL, destaca que el Taray de Los Bajos y el Tarajal de La Ventilla, «constituyen ejemplares únicos y emblemáticos, con gran singularidad ambiental y natural, tanto ellos mismos como el espacio dónde se ubican».
Actualmente están catalogados dentro del Inventario Andaluz de Árboles y Arboledas Singulares, pero las organizaciones solicitantes reclaman dar un paso más y darles la declaración de Monumento Natural Biótico, ya que a su juicio reúnen las circunstancias recogidas en el decreto que regula esta declaración y que menciona textualmente: «aquellos elementos, poblaciones, comunidades o espacios cuya singularidad, valoración social, reconocimiento o interés más patente provenga de sus características biológicas, como árboles centenarios, históricos o monumentales, colonias de aves o zonas de refugio de determinadas especies».
Una de las justificaciones de la petición es la «gran actividad antrópica» que existe en el entorno «desgraciadamente», y que hace que el desconocimiento de la ciudadanía y la falta de intervención y control de las administraciones, hayan ya generado problemas que amenazan el futuro de estos árboles. De hecho, sus defensores recuerdan que «son varias las ocasiones en que se ha puesto en riesgo su integridad e incluso se han perdido dos ejemplares en el Tarajal de La Ventilla».
El desconocimiento ciudadano de su valor y la falta de control de las administraciones son señalados como las principales amenazas para estos singulares árboles. Es habitual ver personas que trepan sobre ellos; se atan cuerdas para sujetar toldos en sus ramas; se realizan barbacoas debajo; se aparcan vehículos debajo que llegan a dañar las copas y troncos; los pescadores se cobijan en ellos y dejan residuos frecuentemente a su alrededor; se atan mascotas e incluso se amarran embarcaciones en sus troncos; se han llegado a hacer columpios en sus ramas y han sufrido pintadas y grafitis. A ello se suman otros riesgos como la subida del nivel del mar por el cambio climático, la permisividad en el acceso de vehículos que acaban con los retoños que nacen a su alrededor.
«Supervivientes»
Si hay una palabra que para los solicitantes definen a estos árboles singulares es que son «supervivientes». Aunque no son árboles centenarios, esa capacidad para sobrevivir es la que condiciona su «rareza y singularidad». «Han crecido en la misma orilla del mar, en condiciones adversas bajo la influencia directa del mar, en un suelo inestable por las idas y venidas del mar, con fuertes vientos y alta insolación, sin aportes de agua dulce en superficie. Si a esa rareza le añadimos la belleza del entorno, el Humedal Andaluz de la Algaida, se entiende que sean un referente social tanto en el municipio como en la provincia, ya que la ciudadanía los considera como iconos de belleza, vida y esperanza», relata la solicitud presentada ante la Delegación Territorial de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta en Almería.
Ambos son de la especie Tamarix canariensis, y según explican sus defensores, a pesar de las duras condiciones en las que han crecido, destacan por la densa y amplia copa, que en el caso del Taray de los Bajos llega a los 6 metros de diámetro y por los troncos gruesos y retorcidos con formas caprichosas de todos, llegando a alcanzar los 6-7 metros de porte uno de los ejemplares de La Ventilla y el de Los Bajos.
Las organizaciones solicitantes de esta declaración han recordado la gran cantidad de actividades que vienen celebrando gran parte de ellas en los últimos años para dar a conocer los valores ambientales de toda esta zona única en la provincia, incluyendo estos tarays costeros, que se han convertido en todo un símbolo para muchos roqueteros.
La petición presentada por Ecologistas en Acción de Roquetas de Mar, cuenta con el apoyo de una gran cantidad de asociaciones y colectivos. Es el caso de ACA, Acuíferos Vivos, Amigos de la Alcazaba, El Árbol de las Piruletas, la Asociación Vecinal La Gloria, la Asociación Vecinal La Paz, CECOUAL, Federación de Ecologistas en Acción Almería, GEM, Objetivo Verde, Pescartes, Asociación Posidonia, Promar, SEO Bird Life y Serbal.
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Daniel de Lucas y Josemi Benítez (Gráficos)
Jon Garay e Isabel Toledo
José E. Cabrero | Granada
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