Las obras del mercado mantienen a Roquetas más de seis meses sin apeadero

Ni siquiera en los años más inversores se habían vivido en Roquetas tantos problemas con las obras que se están ejecutando y que acumulan un mes tras otro de retrasos, sin que se sepa a ciencia cierta su finalización. El apeadero de Roquetas es una de las víctimas de la planificación de las obras municipales de esta legislatura, acumulando ya más de seis meses de cierre y crecientes quejas por los problemas derivados de su falta de actividad.

Pese a que el apeadero es de muy reciente construcción, ejecutado por la Junta de Andalucía sobre unos terrenos cedidos por el Ayuntamiento roquetero, las obras del mercado de abastos y su entorno, dieron pie al Consistorio para realizar una pequeña reforma. Los trabajos consisten en la sustitución de la cubierta y el cambio del acceso de los buses. Unos trabajos aparentemente sencillos, pero que ya han supuesto meses de cierre de la instalación de transportes sin que se haya dado una fecha para su finalización hasta el momento.

La ausencia de apeadero ha generado numerosos problemas para los usuarios de los servicios de transporte público, una de las asignaturas pendientes de un municipio de casi 100.000 habitantes que, entre otras cosas, no invierte ni un euro en él más allá de la pequeña participación anual que debe abonar al Consorcio Metropolitano de Transportes. Entre esos problemas, destacan los que sufren los usuarios de las líneas del hospital y de Madrid, cuyos viajeros deben esperar en la Avenida de Curro Romero en una acera sin marquesina y sin ningún tipo de señal que indique la existencia de una parada, ni carteles sobre las líneas que en ella paran, ni los horarios con que cuentan. Un déficit informativo especialmente llamativo en un municipio turístico como Roquetas. Además, dado que los buses metropolitanos que hacen los servicios entre Roquetas y Almería no paran en esas paradas, los viajeros se ven obligados a recorrer a pie el tramo que separa unas paradas de otras, dificultando la interconexión entre las líneas.

El asunto fue objeto de una pregunta por parte de Izquierda Unida en el último pleno, cuando el concejal de la formación, Juan Pablo Yakubiuk, denunció que los usuarios deben esperar esas líneas sentados en la acera a falta de la más mínima infraestructura para unas paradas que llevan habilitadas de forma temporal desde hace más de seis meses.

Recarga de tarjeta

Otro de los problemas derivados de la falta de apeadero está siendo la recarga de la tarjeta de transporte metropolitano, que ya usan la mayoría de los viajeros. El municipio roquetero apenas tiene puntos de recarga, ya que de los pocos que había se han ido eliminando algunos de ellos, siendo el de la cafetería uno de los más usados. Hasta ese lugar se tienen que desplazar los viajeros para poder recargar y después regresar a la parada correspondiente para poder tomar el bus.

En vista del estado que presenta el apeadero desde que fuera cerrado el pasado mes de octubre de 2016, no falta quien teme que la instalación no esté abierta hasta poco antes del verano, pese a la aparente sencillez de la reforma que se pretende acometer, lo que para algunos de sus usuarios es una muestra más de la escasa importancia que tiene para el Ayuntamiento.