Amat anuncia obras antes del verano para terminar de incorporar el agua desalada

El objetivo, según el primer edil, es que el porcentaje de agua desalada en los grifos roqueteros ascienda al 80 por ciento, proporción que actualmente se sitúa entre el 60 y el 70 por ciento.

Unos cálculos que ya generaron un intenso debate en el pleno de la semana pasada y que mantienen gran polémica entre los vecinos, ya que siguen siendo numerosas las quejas de los vecinos por la mala calidad del agua y circulan por redes sociales mediciones realizadas en hogares que ponen en duda las cifras oficiales del Ayuntamiento.

Por ello, además de anunciar las obras que terminarán de llevar el agua desalada a las zonas que aún carecen de ella, Amat volvió este viernes a difundir los datos que ya mencionó en el pleno sobre los índices de conductividad del agua, en los que se aprecian importantes mejoras en los barrios.

Paradójicamente, los índices anteriores a la incorporación del agua desalada desvelados estos días por el Ayuntamiento de Roquetas, son muy similares a los que midió el PSOE el pasado mes de septiembre, generando un duro enfrentamiento con el propio alcalde, que puso en duda su veracidad.

Así, Gabriel Amat anunció que los análisis se encuentran a disposición de los vecinos en la web municipal y que en ellos aparecen unos niveles de conductividad -es decir, la salinidad del agua- que se encontraban entre un 3 y un 4,3. En la actualidad, en Aguadulce, Roquetas y El Parador, la reducción de la conductividad del agua ha sido «significativa», según el Ayuntamiento.

Tanto en Aguadulce norte como centro y Campillo del Moro, este parámetro se encontraba entre el 2,5 y el 3,0 antes de la entrada de agua desalada para pasar a entre 0,8 y 1,0 el 3 de octubre de 2016 y bajar hasta el 0,2-0,3 en la actualidad.

En El Parador, Avenida de Roquetas, Avenida Juan Carlos I y Avenida Reino de España, la conductividad se situaba entre un 3 y un 4 antes del agua desalada y se redujo a un 1,0-1,2 en octubre y hasta un 0,3 actual.

En La Romanilla y El Puerto, ha pasado de entre un 3 y un 4 inicial a un 1,3 actual; misma cifra que se encuentra a fecha de 3 de enero en Calle Ramón y Cajal y Las Alpujarras, donde se partía de una conductividad de entre un 3,5 y un 4,3 antes del agua desalada.

Por último, en Las 200 viviendas, la conductividad se ha reducido desde un 3,5-4,3 hasta un 1,9, mientras que en Cortijos de Marín y La Urba, que partían del mismo índice, la reducción llega hasta el 2,5 estos días.

Además de difundir las cifras nuevamente y en vista de que la polémica sobre la subida del precio del agua sigue generando malestar, además de prepararse nuevas movilizaciones en la oposición, el alcalde insistió este viernes en que «la tasa de agua que mantiene a Roquetas lejos del precio que soportan otras ciudades que cuentan ya con agua desaladada.