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Julio Valdivia
Martes, 10 de mayo 2016, 11:26
Se trata de tres atropellados en dos graves accidentes ocurridos recientemente, cuyas familias han decidido unirse para crear la Plataforma por la Seguridad Vial de Roquetas de Mar, una organización abierta a víctimas y a personas y colectivos implicados en esta problemática y que tiene un objetivo claro: que se tomen medidas efectivas para dar seguridad peatonal a las calles y avenidas del municipio.
Es el caso de Ángel Adrián Mateiovici, un joven que ahora tiene 17 años y cuyo accidente cumple estos días dos años. Ángel y un amigo fueron atropellados en el paso de peatones de la carretera de Alicún existente junto a la gasolinera cercana al mercado de abastos. Su caso protagonizó numerosas informaciones aquellos días, ya que se llegó a temer por su vida. Aquel fatídico 7 de abril iba al centro comercial a comprarse unas zapatillas para practicar skate, cuando un coche se cruzó con su vida a 80 kilómetros por hora, arrastrándole debajo durante unos 15 metros. Es lo único que recuerda, que iba a comprar, porque en la mente de Ángel se ha borrado mes y medio de sufrimiento y dolor en el hospital, en el que incluso tuvo que ser atado a la cama, y del accidente sólo sabe lo que le contaron. Su lista de daños es interminable, y dos años después aún le quedan operaciones que soportar.
Ángel estuvo varios días en coma, permaneció tres meses en el hospital y otros tres meses prácticamente inmovilizado en la cama de su casa con los ligamentos de la rodilla rotos; el húmero partido; daños en el nervio radial; la mandíbula partida, que nunca se recuperará del todo; una fisura de cadera, y varios dientes perdidos con su masa ósea incluida, que tendrá que ser repuesta tomándola de un hueso de la cadera cuando tenga 22 o 23 años, y sobre los que necesitará ajustes cada dos o tres años el resto de su vida. Ha sido operado dos veces de la rodilla, otras dos de la mano y una de la boca, y le quedan al menos dos operaciones en la boca.
Apoyado por su madre, que durante la entrevista no deja de pasarle cariñosamente la mano por la pierna cada vez que habla del dolor sufrido, Ángel relata con bastante entereza todo lo pasado y su estado actual. «Psicológicamente me ha afectado bastante», comenta, aunque «no me he puesto a pensar en todo lo que he perdido». «Le tuvieron que atar en la cama», añade su madre, Angelica Mateiovici, quien se muestra muy crítica con el equipo de Traumatología del hospital de Torrecárdenas, ya que según cuenta se negó a operarle de la pierna durante el tiempo que estuvo ingresado allí y no fue hasta que se trasladó al hospital del Poniente cuando fue operado.
Es el caso también de Jenisa y Ionut, dos primos que actualmente tienen 13 y 15 años respectivamente, atropellados también cuando se dirigían al centro comercial. El accidente ocurrió el pasado septiembre en el paso de peatones existente entre el supermercado Lidl y Gran Plaza, y aunque la velocidad del vehículo no era muy alta, su conductor tardó en reaccionar. Ionut al verse atropellado, saltó sobre el capó del coche estrellándose contra el parabrisas que llegó a partir y aunque tiene muchas secuelas, la peor parte se la llevó su prima. Ambos fueron arrastrados durante 18 metros y salieron despedidos posteriormente otros 4 metros.
Ionut Dima se mantuvo consciente en todo momento, y todavía recuerda la impresión que le dio el charco de sangre que dejó en la ambulancia de camino al hospital. Ya bastante recuperado, desde entonces tiene daños en la espalda, el codo, la cara y mareos, entre otras dolencias. Como cualquier otro adolescente de su edad, entre sus mayores preocupaciones tras el accidente está el haber perdido varias competiciones de taekwondo y baloncesto, que practicaba antes de lo ocurrido y que espera seguir practicando.
Su prima lo pasó peor. Quedó inconsciente en la carretera, fue Ionut el que la despertó momentos después del impacto. Jenisa Jercan tuvo que estar tres meses cubierta de yeso, llegándose a partir las dos piernas entre otros muchos daños, que la han condenado a vivir el resto de su vida con una pierna más corta que la otra. Su madre, Roxana Jercan recuerda con dolor las constantes pesadillas de la niña en las que sueña que no puede andar y añora la vida que tenían antes del accidente, «quiero que sea todo como antes, yo estaba muy contenta con la vida de antes», reconoce.
Tanto Jenisa, como Ionut o Ángel, llevan en tratamiento psicológico y psiquiátrico desde entonces, unos daños psíquicos que también llegan a sus familias, con las que comparten toda esa situación.
Ángel es el más mayor de los atropellados y también el más combativo a la hora de reclamar medidas para evitar nuevos atropellos. Uno de sus objetivos, como el de resto de los miembros de la asociación, es hablar con el alcalde, Gabriel Amat. El primer edil contactó con su familia días después del accidente para darles ánimos, pero eso no evita que esta familia, como las otras dos entrevistadas, vean a Amat como responsable de la falta de seguridad peatonal en las calles de Roquetas. Preguntado por lo que le diría al alcalde si le tuviera delante, Ángel no duda: «¡Que se jubile!», a lo que Ionut añade, «que deje de hablar y haga cosas».
Todos ellos coinciden en culpar a la falta de visibilidad de sus casos, reclaman más semáforos, resaltos y en general, que las víctimas también sean consultadas en las nuevas medidas que se están planificando desde el Ayuntamiento. La sensación generalizada es que desde el Consistorio se ha dado más importancia a la ornamentación que a las vidas humanas y es lo que más repiten cuando son preguntados por ello. Angelica, la madre de Ángel, insistió en que «hay que valorar más la vida humana que lo económico, un alcalde no tiene que pensar así, tiene que pensar en el bien del pueblo». Su hijo es más directo aún y refiriéndose a Amat, asegura que «me parece increíble que considere más importante una palmera que una vida humana». «No vale perder una vida o que una persona que haya nacido perfecta se quede con secuelas de por vida por los adornos», explica Roxana, la madre de Jenisa.
Las madres, las verdaderas impulsoras de la nueva Plataforma por la Seguridad Vial de Roquetas de Mar, piden a los responsables políticos y técnicos que diseñan las vías urbanas, y muy particularmente al alcalde roquetero, que se pongan en su lugar y piensen en la posibilidad de que este drama de los atropellos también les toque a ellos y sus familias. La Plataforma invita a las víctimas de siniestros y personas sensibilizadas con este problema, a contactarles a través del email: plataformaseguridadvial@gmail.com.
Las primeras medidas están en camino aunque son recibidas con escepticismo Desde que se pusieran en marcha las avenidas de mediana de palmeras y farolas que se han convertido en una seña de identidad de Roquetas, no han dejado de producirse atropellos y debates sobre la conveniencia de un diseño que prioriza el tráfico rodado por encima de todo lo demás. Desde entonces el malestar ha ido creciendo, acompañado de propuestas y críticas de los partidos de la oposición, y aunque desde el Ayuntamiento se han implementado algunas medidas, no ha sido hasta hace unos meses cuando parece que se han empezado a diseñar las primeras propuestas serias, aunque no exentas de críticas, para abordar este problema.
Así, como ha venido informando IDEAL, el Ayuntamiento de Roquetas adjudicó recientemente la primera fase de un plan de mejora de la seguridad vial que implicará la supresión de todos los elementos que dificultan la visibilidad de los pasos más problemáticos, además de la instalación de nuevos puntos de luz. El proyecto, valorado en 175.000 euros, incluirá la supresión de algunos pasos y la instalación de semáforos, aunque esta última medida únicamente afectará a cuatro pasos de Aguadulce, ya que en la carretera de Alicún se sigue descartando el uso de semáforos por temor a las retenciones.
Los fundadores de la Plataforma por la Seguridad Vial de Roquetas ven con escepticismo unas medidas que se llevan esperando desde hace casi dos décadas y que a su juicio se quedan cortas. Siguen echando en falta medidas más contundentes para reducir la velocidad en las principales avenidas, convertidas en auténticas vías rápidas en las que se sobrepasa con total impunidad el límite de velocidad y en las que la seguridad peatonal se sigue confiando únicamente a pasos de peatones cuyo nivel de respeto es inversamente proporcional a la velocidad que alcanzan los vehículos.
Lo cierto es que el origen de las avenidas de doble carril y mediana, como Carlos III, Alicún y Faro Sabinal, son fruto de dos prioridades para el equipo de Gobierno: embellecer el paso, especialmente en las zonas agrícolas, que fue objeto en su día de quejas por parte de los turoperadores, y agilizar al máximo el tráfico para evitar los temidos atascos en un municipio que lleva dos décadas esperando una vía rápida de circunvalación y cuyo recorrido de un extremo al otro se hace interminable, especialmente en los meses de verano. Sin embargo, pocos en Roquetas ya dudan que esa priorización ha requerido un doloroso sacrificio: el de la seguridad peatonal.
Sin respuesta al Defensor del Pueblo Las medidas anunciadas por el Ayuntamiento coinciden en el tiempo con la denuncia del problema al Defensor del Pueblo por parte de IU, formación que ha iniciado también contactos con la Fiscalía de Seguridad Vial para que abra una investigación. En el caso del Defensor del Pueblo, este organismo ha admitido a trámite la denuncia y ha pedido información al Ayuntamiento sobre este asunto, sin que desde febrero y a fecha de 31 de marzo, desde el Consistorio se haya respondido a los requerimientos, algo considerado «indignante» por Izquierda Unida, que lo interpreta como «un claro desprecio» al problema.
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