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Julio Valdivia
Martes, 10 de mayo 2016, 12:25
Según destacó el técnico del área de Gestión de la Ciudad, Gabriel Sánchez, el proyecto es fruto de un análisis «exhaustivo» de la ubicación, estado, señalización, iluminación, decoración, ajardinamiento y demás elementos que afectan a los pasos de peatones «para determinar debilidades y establecer el ámbito de actuación». Para su elaboración, se cruzaron diferentes datos como flujos de peatones y tráfico, análisis de los accidentes de los últimos años y demás aspectos, con el fin de diseñar las medidas más adecuadas que pasarían por la moderación de la velocidad, la mejora de la señalización, la eliminación del efecto pantalla, la mejora de la visualización y la semaforización, según los casos.
En base a todo ello, y como primera fase de un plan que promete seguir realizando actuaciones en un futuro, se actuará en un total de 16 puntos marcados como los más conflictivos, en el eje comprendido entre la Avenida Carlos III y la Carretera de Alicún.
El redactor del proyecto, Juan José Alonso, detalló las actuaciones, entre las que se incluye la colocación de bandas reductoras o bandas transversales de alerta, contempladas entre las recomendaciones del Ministerio de Fomento para estas vías; la mejora de la señalización vertical y horizontal, repintando los actuales pasos, instalando señales luminosas u 'ojos de gato' en el pavimento; el traslado de los puntos de luz que actualmente dificultan la visibilidad y sustituirlos por otros adaptados a la normativa de iluminación de estos pasos; la eliminación de los elementos que dificultan la visibilidad de los vehículos por parte del peatón y viceversa, en función de la distancia de parada según las características de la vía; eliminar algunos pasos por considerar que hay excesiva proximidad entre ellos y hay confluencias peligrosas como carriles de acceso a la vía «que no están del todo bien ordenados»; o la semaforización de cuatro pasos en la Avenida Carlos III de Aguadulce.
De momento se descarta instalar semáforos en otros lugares, por entender que mientras que la variante no esté terminada, pueden obstaculizar el tráfico y provocar retenciones, teniendo en cuenta, según destacó Eloísa Cabrera, que «la carretera de Alicún es la única vía de acceso a Roquetas».
Cabrera consideró que se están dando «muchos altavoces» al problema de los atropellos, una situación «que no sólo pasa en Roquetas» ya que existe «en cualquier municipio de España». Por ello, la teniente de alcalde quiso trasladar un «mensaje de tranquilidad» a la ciudadanía, asegurando que el Ayuntamiento está trabajando en ello desde «hace ya tiempo».
En este sentido, la edil recalcó que las actuaciones contempladas están incluidas en el Plan de Movilidad que se está redactando actualmente, que sustituirá al de 2007 que consideró «obsoleto».
La edil defendió su plan por coniderar que es fruto de «estudios serios» y «datos objetivos», al tiempo que desveló que ningún partido de la oposición formuló ninguna pregunta en la comisión en la que se presentó. Además, mientras que agradeció la responsabilidad del PSOE que retiró su última propuesta sobre este tema tras conocer que el Ayuntamiento ya trabajaba en una, criticó la actuación de otras formaciones a las que pidió «cautela» porque «en política no todo vale».
La vía y su entorno «apenas ha influido» en los atropellos Aunque el plan de seguridad vial contempla actuaciones centradas en las vías para mejorar la visibilidad en los pasos de peatones, eliminando el efecto pantalla, tan criticado casi de forma unánime en el municipio, lo cierto es que desde la Policía Local se quitaba peso al diseño de la vía en la participación de los accidentes que se han producido. El jefe de la Policía Local, Miguel Ángel López, explicó que la primera causa de este tipo de siniestros en el municipio es el factor humano, la segunda el vehículo y la tercera, con «apenas influencia» la vía y su entorno.
Entre las causas que se han detectado durante el estudio realizado por la Policía Local tras analizar todos los accidentes desde 2012 a 2015, López destacó aspectos como que peatones o conductores iban bajo los efectos del alcohol, el uso de un calzado inapropiado que afectó a la reacción del conductor a la hora de frenar o la existencia de deslumbramientos. El jefe de la Policía Local negó que existan «puntos negros» porque para que se consideren como tales tienen que producirse tres accidentes graves en un año en un margen de 100 metros.
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