Amat asegura que no puede hacer nada contra las caravanas que invaden la Urba

Así lo dijo la concejala socialista, María José López, quien destacó que el problema es especialmente grave en los fondos de saco de las urbanizaciones y en Las Salinas, donde el número de caravanas aparcadas perjudica, en su opinión «esa calidad turística que buscamos».

López recordó las numerosas iniciativas presentadas por su partido para acondicionar un espacio de aparcamiento, aprobada hace un lustro por unanimidad de todos los partidos, o para redactar una ordenanza reguladora, que aún espera a ser tratada en el pleno. Por ello, ante la imposibilidad de avance, la edil «rogó» al equipo de Gobierno que «hagan algo», reclamando que «se pongan los técnicos a trabajar para buscarle una solución».

La concejala socialista aseguró que el municipio de El Ejido se resolvió el problema sin necesidad de aprobar una ordenanza específica para regular este tipo de aparcamientos, «aplicando la ordenanza de playas lo han conseguido y no hay caravanas».

La respuesta llegó del primer edil, que como otras veces recordó que no se puede restringir el aparcamiento de las autocaravanas, es decir, de aquellas que no son remolque, ya que hay una regulación estatal que les permite estacionar en cualquier lugar en el que esté permitido, aunque dentro de un determinado número de días.

Gabriel Amat reconoció que se trata de una problemática que «no es fácil» y recordó que el año pasado se intentó paliar el problema aumentando el control policial sobre las normas, lo que hizo que muchos caravanistas se marcharan de las urbanizaciones y se trasladaran a Las Salinas. «Y cuando se fueron a Las Salinas los comerciantes de la Urbanización se quejaban», dijo Amat explicando la complejidad de un problema que no sólo afecta a los vecinos, ya que las caravanas también son una fuente de ingresos para los escasos comercios que se mantienen abiertos en invierno en las zonas turísticas. Amat reconoció que «no podemos echarlas ni les podemos prohibir que aparquen».

La problemática afecta muy especialmente a los aparcamientos de Playa Serena Sur y muchas de sus calles, donde han llegado a producirse algunas discusiones entre vecinos y caravanistas que acaparan los espacios. De hecho, ha habido quejas sobre la imposibilidad de usar los aparcamientos porque los propios caravanistas lo prohíben o también porque éstos acaparan las duchas de la playa.