El muro de la calle José Molina estará reparado en seis semanas

La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Roquetas de Mar aprobó hace unos días la adjudicación de las obras de reparación del muro de la calle José Molina, en Las Colinas de Aguadulce, y la mejora del sistema de drenaje en la calle Bailén de El Solanillo, por un importe de 66.144,78 euros, IVA incluido.

Julio Valdivia

Martes, 10 de mayo 2016, 11:29

La actuación en Las Colinas, que ha sido tramitada por procedimiento de urgencia, tiene un plazo de ejecución de seis semanas, en las que no sólo se va a reparar el muro desprendido durante las lluvias del pasado marzo, sino que además se acometerá la mejora del drenaje superficial y de la pavimentación de toda la calle, según destacó desde el Consistorio. «El objetivo es reforzar la contención de la zona y aprovechar la obra para pavimentar la vía, que es uno de los accesos al nuevo parque de Las Colinas», dijo la teniente alcalde y concejal de Gestión de la Ciudad, Eloísa Cabrera.

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El derrumbe parcial del muro de fábrica que cierra la calle durante las lluvias «torrenciales» de marzo puso de manifiesto la necesidad de mejorar el sistema de drenaje de la vía, cuya pendiente longitudinal provoca la acumulación de aguas en el fondo de saco. El Ayuntamiento de Roquetas de Mar acometerá así la construcción de un nuevo muro de contención de cinco metros «que dará seguridad a la vía y a la acera de la misma», en palabras de Cabrera.

La concejal anunció además que para mejorar el sistema de drenaje actual «se aumentará el número de imbornales y se creará un nuevo paquete de firme que confiera uniformidad suficiente para que el agua pueda ser recogida por los mismos».

La medida era valorada por la asociación de vecinos de Las Colinas, cuyo presidente, Juan Carlos Oyonarte, consideró que «llega tarde si tenemos en cuenta los años que llevamos denunciando que muchas pluviales no estaban comunicadas a ninguna red y que evacuaban a taludes de relleno no compactado».

Desde la Avv Colinas Aguadulce se aprovechó el anuncio del proyecto adjudicado para recordar que «existía en proyectos iniciales una escalera privada de uso público que comunicaría el final de calle José María Molina con calle Padre Bartolomé Marín». La citada escalera estaba al parecer prevista en plena delimitación de los sectores 4 y 6 y dentro de la parcela R-1 del sector 4 cuya calificación estaba destinada a un uso residencial de 5 plantas más áticos, pero no llegó a construirse «derivando a una recepción de todo el sector 4 como suelo urbano no consolidado y no transformado».

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En su oponión del colectivo vecinal «se debería haber buscado la formula de ejecutar las fianzas de esa parcela con la finalidad de construir estas escaleras estratégicas» cuya ausencia «supuso un daño a la movilidad peatonal y un problema añadido en términos de una posible evacuación».

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