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Julio Valdivia
Martes, 10 de mayo 2016, 11:48
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La técnica está a caballo entre la libertad que ofrece el snorkeling, ya muy extendido en la provincia con empresas que incluso ofrecen paquetes combinados con otras actividades, y el submarinismo con botella, que permite alcanzar grandes profundidades de forma autónoma.
La idea es sencilla, los participantes están conectados con unos largos tubos a una botella, por lo que no tienen que llevar encima ni la botella ni los chalecos habituales, consiguiendo con ello una gran libertad de movimientos. Además, pueden sumergirse a dos metros de profundidad, ideal para disfrutar de la riqueza de los fondos marinos de la zona y sus praderas de Posidonia.
Los que se animan a disfrutar de esta técnica, utilizan trajes de neopreno con capucha para poder estar protegidos ante la posibilidad de que aparezcan medusas, por lo que también pueden conocer de cerca estos animales sin correr riesgos de picaduras ni otras molestias, además de tener aletas, máscara y un cinturón con lastres para compensar la flotabilidad del propio traje.
Menor coste
Para la empresa, este producto presenta varias ventajas que permite reducir los costes de una inmersión convencional, por lo que pueden comercializar este tipo de salidas a un coste menor y por tanto, llegar a una mayor cantidad de público. Para empezar, dado que se practica a poca profundidad y sin ningún peligro, se reduce la cantidad de personal necesario para realizar las inmersiones y supervisar a los participantes. Además, con una botella pueden respirar dos personas y no una, como en las inmersiones tradicionales, sin que ello suponga una reducción de tiempo, ya que la actividad se realiza a muy poca profundidad.
Pero quizá su mayor ventaja sea que se trata de un tipo de iniciativa en la que puede participar prácticamente cualquier persona, ya que no es necesario tener conocimientos previos de buceo como sí ocurre con el submarinismo convencional, «es una experiencia diferente tanto para no buceadores como para aquellos que ya saben bucear», explica Fernando Orri de Aquatours.
«Es como un snorkeling con respiración asistida, con un elemento cómodo que se ha integrado, y el participante, una vez que se siente cómodo, se puede sumergir un par de metros», comenta Orri con respecto a esta actividad que al parecer está teniendo una gran demanda en la zona este verano, entre otras cosas porque su coste es más reducido que una inmersión tradicional. «Hemos pensamos en un producto que permite a la gente seguir buceando a pesar de la crisis y además, llega a más gente».
Aquatours lleva ya varios años realizando actividades de submarinismo en el Puerto Deportivo de Aguadulce y siempre se ha caracterizado por el lanzamiento de nuevas actividades, como sus cursos de buceador en Posidonia, cuyos títulos pioneros están empezando a ser conocidos en todo el Mediterráneo, habiéndose formado ya varios instructores.
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