Una joya natural en Roquetas de Mar
Medio Ambiente ·
La Ribera de la Algaida es uno de los tesoros de esta localidad que alberga aves, un espacio de ocio natural y un paisaje único en la provinciaMedio Ambiente ·
La Ribera de la Algaida es uno de los tesoros de esta localidad que alberga aves, un espacio de ocio natural y un paisaje único en la provinciaJavier Cortés
Roquetas de Mar
Domingo, 14 de abril 2024
Más de cien especies de aves, atardeceres de película, un lugar para pasear y hacer excursiones para los más pequeños, una playa cercana con un arrecife de coral que arrecia las olas, un árbol único en la zona, yacimientos arqueológicos relativos al Imperio Romano y una tranquilidad para desconectar. No estamos hablando de un lugar del Caribe, sino de la Ribera de la Algaida, un paraje natural que pertenece a la localidad de Roquetas de Mar.
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Este humedal, que se encuentra situado entre Aguadulce y Roquetas de Mar, cuenta con varias singularidades que lo hacen único. La Ribera de la Algaida es de los pocos humedales temporales que quedan en la provincia (uno de los últimos en desaparecer fue el de Guardias Viejas, en El Ejido) lo que hace que aniden una gran cantidad de aves, que van de paso a África y a la Península Ibérica.
Aves que van desde el Ánade azulón, Porrón europeo, Garcilla cangrejera hasta Garzas imperiales, Grullas comunes pasando por el Flamenco común, Morito común, Cernícalo vulgar y tórtola turca que son 10 de las más de 100 especies que se pueden encontrar en este paraje natural.
De hecho, según Emilio González, presidente de la Asociación Serbal, «hay multitud de especies que están adaptados a este tipo de humedales que se secan y que si no existiesen, desaparecerían esas especies».
Esta asociación, que se creó entre otras cuestiones para proteger este espacio natural, ha podido comprobar gracias a un extenso trabajo de todos sus socios y allegados, la existencia de al menos 113 especies de aves hasta en este paraje natural.
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La Ribera de la Algaida no es solo un paraíso para las aves, sino también para otros animales como lagartijas, libélulas, abejas, mariposas y culebras, entre otros. Asimismo, cuenta también con una flora llamativa como lo son la Suaeda, Salsola, Atriplex (matorrales halonitrófilos), Eneas (típicas en las Tablas de Daimiel, Ciudad Real). tamarisco y carrizales.
La localización de este paraje natural es en sí «otra joya natural», ya que tiene a unos pocos metros un elemento destacado que es el Taray de los Bajos, que está declarado como árbol singular en Andalucía por su forma y corte. Este árbol llamativo realza la propia playa de los Bajos y le da un perfil incluso para imágenes de postal.
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Localización
«A lo que es el humedal en sí, tenemos que sumarle la cercanía de la Sierra de Gádor, las ramblas, y el ambiente marino de la orilla de la playa, y el monumento natural de la barrera arrecife de praderas de Posidonia oceánica, el bosque submarino, que con sus raíces nos protege la costa, genera una gran biodiversidad submarina, y oxigena el agua», comenta Moisés Palmero, educador ambiental y presidente de la Asociación 'El árbol de las piruletas', a este medio.
Asimismo, Palmero, añadió que «si a los valores ambientales le sumamos los culturales por estar junto a los restos arqueológicos de la ciudad romana de Turaniana, con el Portezuelo ya debajo del agua, los restos de torre vigía de Torrequebrada, las viejas salinas de San Rafael, podemos explicar el origen de Roquetas de Mar, y su tradición pesquera y salinera».
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La Ribera de la Algaida se ha ido convirtiendo en el paso del tiempo en un lugar magnífico para pasear y también para el aprendizaje. De hecho, es común que la asociación Serbal haga excursiones para que los jóvenes aprendan todo el valor medioambiental, de ecosistemas y tanto de flora como de fauna, especialmente para conocer las características de las aves que se encuentran a lo largo del año por este paraje natural.
Por su parte, Emilio González, presidente de la asociación, se quedó fascinado por esa «magia» que desprende este lugar. «Los atardeceres son espectaculares porque se ve como se esconde el sol por la Sierra de Gádor, sobre todo los atardeceres de primavera y verano que son de los más bonitos que hay en el poniente. Es maravilloso ver la mezcla del saladar con el carrizal y ese humedal todo junto y el sol escondiéndose detrás».
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Desde el Ayuntamiento de Roquetas valoran la relevancia de este paraje y trabajan para conservarlo. De hecho, el concejal de Medio Ambiente, Juan Carlos Muyor, destacó que «se han habilitado caminos carriles bicis para el paseo, el 'running' y el ciclismo, ya que nuestra prioridad es hacer de Roquetas de Mar una ciudad sostenible impulsando un turismo que concilie la conservación de nuestros espacios naturales y el disfrute de visitantes y turistas para que puedan apreciar nuestro ecosistema».
Medidas
Desde la Asociación Serbal demandan algunas medidas para preservar este paraje natural como en vallar toda la zona y poner trabas para que el tráfico rodado no entre allí sobre todo en la época de nidificación y trabajar en la divulgación de todos estos valores que son un poco invisibles para el público en general.
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Asimismo, Emilio González, remarca, que lo ideal sería «que realmente se hiciera un proyecto grande para intentar dirigir a la gente por las zonas menos sensibles, pero que pueda disfrutar de todo ese paisaje tan maravilloso que tenemos en esta zona de Roquetas».
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