Los hoteles de Roquetas contienen la respiración ante una crisis que ya ha arruinado la Semana Santa
Queda algún hotel abierto como el Bahía Serena, que ha trasladado a los clientes a sus apartamentos y aloja a visitantes con problemas para regresar su país
La crisis del COVID-19 ha pillado a los hoteles de Roquetas de Mar, el municipio más turístico de la provincia, en plenos preparativos de la Semana Santa. Se trata de un momento clave del año, ya que sirve para pulsar el comportamiento del turismo en verano y para captar visitantes de cara a la temporada más importante. Este año sin embargo, no habrá campaña de Semana Santa y los hoteleros contienen la respiración esperando que la crisis acabe cuanto antes para salvar el verano.
Así lo confiesa a IDEAL el presidente de la Asociación de Promotores Turísticos de Roquetas, Francisco García, quien además es el director del Hotel Bahía Serena, uno de los pocos que están abiertos estos días.
Si bien estamos en temporada baja, el Imserso mantenía abiertos varios hoteles en estas fechas, pero la mayoría han cerrado y hoteles como el Bahía Serena han recibido clientes de otros establecimientos y de turoperadores que tenían que dar una solución de alojamiento a clientes que se han quedado sin él.
El Bahía Serena tiene en estos momentos alrededor de un centenar de clientes. «Estábamos casi llenos hasta mayo, pero se fueron los del Imserso», explica a IDEAL.
El hotel sí ha recibido visitantes de otras zonas de la provincia como Mojácar y de turoperadores que buscan estos días la forma de dar a sus clientes una conexión aérea de regreso a sus países, ya que hay turistas atrapados desde hace unos días intentando regresar. «Nos gustaría que la administración tuviera en cuenta el servicio que se está prestando», explica el director del hotel, recordando que de no ser por los pocos abiertos, los turistas que no pueden regresar a sus casas no tendrían donde alojarse.
La previsión es que la ocupación baje a alrededor de un 15% cuando la mayoría de los que están alojados hayan regresado ya a sus casas, se espera que para finales de este mes.
Alojados en apartamentos
Para evitar las restricciones, todos han pasado a alojarse en los apartamentos de que dispone el complejo, que tienen su propia cocina, de forma que cada uno pueda organizarse sin depender de los servicios que ofrece el hotel. «El hotel está cerrado, pero con clientes que están como en su casa gracias a los apartamentos», detalle Francisco García.
En cuanto al personal, se está funcionando con el mínimo imprescindible, es decir, un recepcionista por turno y trabajadores de limpieza justos. Las cocinas están cerradas, al igual que el resto de servicios.
De momento el trastorno no está siendo mucho para los trabajadores, ya que la mayoría son fijos y se ha aprovechado para reorganizar las vacaciones, de forma que todos los que no están trabajando están disfrutando de su vacaciones. «Nosotros no hemos hecho ERTE, hemos dado vacaciones al personal, pero si el tema se prolonga posiblemente tengamos que hacer ERTE», advierte el también presidente de la Asociación de Promotores Turísticos.
Francisco García sí reconoce que esa reorganización afectará a las contrataciones de las próximas semanas, ya que muchas de las cuáles se hacen para cubrir descansos, que ya no harán falta.
Preocupación
En el sector se asiste con preocupación a los acontecimientos. Ya se da por perdida la Semana Santa, pero la esperanza es que el verano no se pierda. «Alguno lo va a pasar mal», admite Francisco García, si bien recuerda que «la ventaja de Roquetas es que la planta hotelera está bastante saneada, no hay problemas financieros en la mayoría de los casos». Además, «la banca se está volcando y nos está ofreciendo financiación».
Los hoteleros roqueteros esperan que el pico de contagios llegue pronto, deseando que las restricciones empiecen a suavizarse en cuanto la curva empiece a bajar. Mientras tanto, no queda otra que «aguantar esta situación, seguir al pie del cañón y espera que después de Semana Santa se empiece a recuperar la normalidad», explica Francisco García.
Miles de empleos en juego
En un municipio que tiene en el turismo uno de sus pilares económicos hay mucha preocupación por las consecuencias de esta crisis sanitaria. Si bien la agricultura sigue funcionando con cierta normalidad, en el caso del turismo las cosas son mucho más preocupantes. Los hoteles están casi todos cerrados, han perdido el Imserso que salvaba a muchos en temporada baja, perderán también la Semana Santa y todavía es una incógnita lo que ocurrirá con el verano. En Roquetas tradicional la campaña arrancaba con la Semana Santa, ya que las semanas posteriores empezaban a llegar vuelos de países europeos y los meses de mayo y junio comenzaban a tener animación. El verano era más de clientes nacionales, aunque los años de crisis económica también ha sido muy numerosos los extranjeros que llegaban a la localidad. Gracias a todo este movimiento miles de personas tienen trabajo, no ya solo en los hoteles, sino en la hostelería y el comercio, estrechamente vinculados al turismo.
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