«Le he tenido respeto a Amat, pero no le reí las gracias»

Juan Pablo Yakubiuk ha anunciado esta semana su renuncia al acta de concejal en el Ayuntamiento de Roquetas de Mar

JULIO VALDIVIA

ROQUETAS DE MAR

Sábado, 20 de agosto 2022

Coincidiendo con las vacaciones de agosto, el histórico dirigente de IU Roquetas, Juan Pablo Yakubiuk, ha anunciado que deja la primera línea política. Se va el que ha sido uno de los mayores azotes opositores de Gabriel Amat, dando paso a una nueva etapa en IU, que estará protagonizada por la actual coordinadora, Belén Pérez.

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–¿Cómo se siente tras anunciar su renuncia? ¿Qué le parecen las reacciones de estos días?

-Contento, sobre todo porque es una decisión que había tomado hace tiempo y se fue posponiendo por diversas causas. Contento porque es lo sano y sobre todo lo correcto, después de tres legislaturas prácticamente. Las reacciones muy bien, muy contento, muy halagado, no me las esperaba, la verdad, es una alegría poder dejar el cargo así.

-¿Ha sido una decisión personal o del partido?

-Las dos cosas. Como partido tenemos la limitación de dos mandatos más un tercero excepcional, que en mi caso me presentaba como candidato. Pero también personal porque entendí que mi tiempo había pasado. Es un error perpetuarse, porque a otros no se les deja la opción de entrar y aportar otros puntos de vista. Es sano. Lo hemos hablado muchas veces, tanto en la dirección local como provincial.

-Su marcha llega tras unos resultados en las municipales de 2019 que no fueron los esperados y que redujeron la presencia de su partido. ¿A qué cree que se debió?

-De esto hay mucho debate. Yo como candidato asumo mi responsabilidad por unos resultados que no eran los esperados. Pero a nivel nacional y provincial el retroceso de las fuerzas de izquierdas fue importante y lamentablemente desaparecimos de muchos ayuntamientos. Hay múltiples factores, la división, el cansancio de un periodo pospodemos. Dentro del panorama perder un concejal de los tres que hemos tenido en las últimas legislaturas, no me satisfacía pero en el contexto habíamos resistido. Creo que ahora se está revirtiendo y justamente por eso también viene la idea de dimitir y dar un paso a un lado.

-En este mandato han estado ustedes mucho más tranquilos que en las dos últimas legislaturas, al menos de cara al exterior. ¿Tiene que ver con la falta de una liberación de su grupo?

- Sí y no. Tiene que ver más con las circunstancias poselectorales y personales. También la pandemia influyó mucho y que el grupo no trabajaba todo lo bien que podía funcionar, al ser una coalición no iba tan fluido. En un Ayuntamiento de 100.000 habitantes los grupos deben tener una liberación para que la oposición sea efectiva. Los vecinos saben que cuando hemos tenido liberación hemos estado disponibles las 24 horas. Obviamente Amat, que hace un uso perverso de las instituciones, lo utilizó como un castigo.

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-¿Cómo ve la situación en el Ayuntamiento de Roquetas ahora mismo y su evolución desde que empezó su carrera política?

- Lo que más me duele es que el Ayuntamiento cada vez va a peor. Está paralizado por las políticas que emanan de la Alcaldía y algunos estamentos funcionariales, con un control ultrarrígido, una falta de visión, y una política casi de terror y de castigo. No da independencia, ni medios a determinadas áreas, y hay una falta de coordinación cada vez mayor, que lleva a una parálisis y excesivos errores. Esto está haciendo mella en los servicios públicos. Solo hay que mencionar el caso del transporte público para darse cuenta que el Ayuntamiento no funciona.

-Hasta ahora el PP se ha mostrado imbatible durante casi tres décadas. ¿Tan bien lo hace Amat y tan mal lo hacen los partidos de la oposición?

-Hay que matizar cómo llega a seguir siendo alcalde en las dos últimas legislaturas. El divide y vencerás es claro. Y hay que decirlo, sea cual sea el partido de derechas al que se desvíe el voto del PP, curiosamente siempre esos partidos acaban apoyando a Amat por más que lo hayan negado en campaña, primero fue Ciudadanos y después Vox. Y como segundo elemento los tránsfugas, una aberración del sistema democrático. Hay que matizar, tiene un colchón de votos, se alimenta también de la gran abstención que hay, y después lo que le falta por un lado lo saca por otro. La oposición también lo podemos hacer mucho mejor, pero nunca usando las armas del PP, siempre me he negado a utilizar un sistema clientelar, la política no es eso, no es enchufarse, en todo caso es pelear para que haya oportunidades para todos.

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-Es muy evidente que la relación entre usted y el alcalde, Gabriel Amat, ha sido la peor o de las peores en las últimas décadas en el Ayuntamiento roquetero. ¿A qué se debe esa animadversión? ¿Es mutua?

- No es mutua. Yo siempre le he tenido respeto como persona primero y como alcalde, pero también es verdad que nunca le he reído las gracias. Y claro, alguien con un perfil caciquil como el de Amat, eso nunca lo perdona y tampoco perdona no cerrar la boca cuando él te amenaza. Me ha amenazado muchas veces pero no ha tenido efecto. Yo sé que por más que él se jacte del archivo de sus denuncias, no son de su agrado y han tenido consecuencias. No son denuncias gratuitas, siempre está la sospecha de decisiones económicas del Ayuntamiento donde siempre están como beneficiarios familiares directos del alcalde, y eso no se puede permitir. Si por lo que sea coincide, tienes que avisar, abstenerte, y en la medida de lo posible no tomar ningún acuerdo que le pueda beneficiar.

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-Sin duda la labor de oposición y, sobre todo, las denuncias contra Amat, han pesado en esa tensa relación. ¿Por qué cree que las denuncias nunca llegan a nada?

-Esta es la gran pregunta. Me gustaría algún día averiguar, en general, cómo logra un político tener un grado supremo de impunidad. No digo que sea su caso, pero como se suele decir, la Justicia es una serpiente que muerde solo al que está descalzo, y el que tiene más recursos tiene mucho más fácil defenderse y dilatar las cosas hasta aburrir al más duro de los jueces, y creo que por ahí puede andar la cosa.

-¿Con qué se queda después de una década como concejal? ¿Qué es lo que más le ha aportado?

-Me quedo con la política local, conocer muy buena gente. Me ha aportado la satisfacción y alegría de poder trabajar en la mejora de mi pueblo y aprender mucho sobre la administración local. Económicamente no me aportado más allá de mantenerme.

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-Y al contrario, ¿qué es lo que más le ha decepcionado? ¿De qué se quiere olvidar ahora que ya no estará en la primera línea?

-Muchas cosas. Me duele mucho, mucho, ver que hay trabajadores públicos que deben ser independientes y apartidistas, que no lo son. Son una minoría, pero me da mucha impotencia, porque tienen una plaza y un sueldo público bien pagado para eso, y muchas veces me he sentido no solo indefenso, sino atacado por determinados funcionarios. Eso en política es muy triste. En cuanto a los insultos, las injurias... pues bueno, yo intento que los hechos estén por delante y eso hable.

-Usted ha dicho que seguirá formando parte de IU y aportando su experiencia. Con esa visión que le dan tantos años ejerciendo la labor de oposición, ¿cuáles son los retos y problemas a los que se enfrenta la ciudad? ¿Es optimista o pesimista?

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–Soy optimista irredento pese a la situación que tenemos. Justamente con la situación del cambio climático, la guerra y la crisis, todo lo que venimos denunciando desde antes de que entrara yo en política, como la falta de transporte público, de zonas verdes... ya no es un capricho político, es una necesidad urgente. Acabo de bajar al supuesto parque de Los Bajos a jugar con mi hija y no puedes estar ni una hora, los árboles después de seis años apenas han crecido, no tiene sombras... las zonas verdes son una obligación y el Gobierno debería obligar, lo mismo que con el transporte público urbano. El transporte público va a ser una necesidad urgente, ya lo es, y hay que ponerse en serio con el ferrocarril. Necesitamos un medio que pueda sacar producto de nuestra agricultura con una baja huella de carbono. Debe ser la prioridad.

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