Cuartel de Caballería Real de Roquetas: Un cuartel con sabor a sal
En el Barrio Bajo de Roquetas se construyó a finales del siglo XVIII el Cuartel de Caballería Real de la Costa, del que hoy quedan apenas un par de muros descontextualizados
JUANMI GALDEANO
Roquetas de mar
Miércoles, 10 de febrero 2021, 04:47
Sí, ésta es otra historia de cómo hasta hace unas décadas Roquetas contaba con espacios, edificios o paisajes que hoy ya han desaparecido. Las causas también son las habituales: por un lado, el gusto por el ladrillazo y la pala excavadora que gastamos por esto lares y, por otro, el escaso apego a nuestro patrimonio por parte de quienes efectivamente deberían protegerlo. La historia, como decimos, es la misma de siempre, pero el bien patrimonial es nuevo,hasta ahora no habíamos hablado de él: el Cuartel de Caballería Real de la Costa.
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Hemos tratado largo y tendido las fortificaciones que durante muchos siglos defendieron nuestro litoral, pero hay un elemento móvil, dinámico y ágil que hemos venido obviando hasta ahora: la caballería. Ya en 1571, una vez expulsados los moriscos del Reino de Granada tras la Guerra de las Alpujarras, se redoblan los esfuerzos por parte de la Monarquía Hispánica para defender la costa mediterránea. Su materialización es el establecimiento del Castillo de Santa Ana como sede de una guarnición de caballería, y otras dos en Adra y la Torre de Malerva (Balerma), indicando el capitán Antonio de Berrío que así«estará muy segura la Alpuxarra y podrán seguramente benir a herbaxar los ganados a este dicho Campo de Dalías».
Siglo y medio más tarde, en 1735 se funda el Regimiento de Caballería de la Costa, siendo reorganizado por Carlos III en 1764 ante la necesidad de un cuerpo militar capaz de responder y acudir rápidamente ante cualquier amenaza de piratería o contrabando; es en ese contexto cuando se construye el cuartel.Gracias a la obra del historiador Antonio Gil Albarracín,'Arquitectura e historia de Roquetas de Mar' (1997), obtenemos más datos sobre su construcción.
Barrio Bajo
Así, este cuartel se ubicó en el Barrio Bajo de Roquetas, dando su fachada principal a la actual Avenida Juan Bonachera. Para más señas, se ubicaba en la parcela donde hasta hace poco estaba una tienda de productos para animales. Esta posición no era casual: construirlo muy pegado a la costa habría supuesto desvelar muy claramente un objetivo militar ante el enemigo, mientras que aquí quedaba integrado en la trama urbana. Además, ese camino (hoy avenida) era la principal vía de comunicación entre el pueblo de Roquetas y la zona del Puerto, permitiendo una ágil comunicación con el castillo en caso de necesidad.
El edificio se debe a Juan Tomás de Córdova, ingeniero militar que mientras se encargaba de unas obras de reparación en el Castillo de Santa Ana en 1777, recibió el encargo de diseñar este cuartel, dándose por concluido en 1779. Como podemos observar en el plano que adjuntamos, el cuartel contaba con una planta cuadrada; al entrar (1), quedaba a la derecha el puesto de guardia (2) y a la izquierda la prisión (4), dando paso a un patio como gran elemento central, con un pozo y un abrevadero (13). A un lado del patio se hallaban los dormitorios de los soldados en una gran sala (5), mientras que al otro se ubicaban la armería (11), la cocina (10), el pajar (8), la enfermería (9), y los cuartos para el sargento (3) y los enfermos (7). Finalmente, las caballerizas (6), con capacidad para 35 caballos.
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En una época en la que la piratería berberisca estaba aminorándose, siendo sustituida por el bandolerismo y el contrabando, la jurisdicción de este cuartel se marcó desde la Torre de Cerrillos hasta el Cañarete, que ejercía como frontera natural con Almería por la aspereza de sus acantilados, que imposibilitaban la acción rápida de estos jinetes. Sin duda este cuartel en su momento llegó a ser uno de los principales edificios del pueblo, junto a la Iglesia de la Virgen del Rosario, el Ayuntamiento y el Castillo, que se convirtieron en símbolos de un Roquetas que acababa de nacer.
En cualquier caso, su recorrido como cuartel militar fue escaso, probablemente como consecuencia de la Guerra de Independencia de principios del siglo XIX. Sin embargo, el edificio siguió allí, experimentando una segunda vida ya no castrense, sino civil. Así, estuvo habitado por familias humildes de Roquetas, que no eran escasas, y a principios del siglo XX se ligó a la pujante industria salinera de la localidad. La clave estuvo en José Bonachera Jiménez, quien diseñó un sistema de centrifugación de la sal para quitarle toda la humedad y así evitar que se apelmazara.
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Sal Frepa
Fruto de ello nació la fábrica de Sal Frepa, establecida en este cuartel del Barrio Bajo y fundada por Fresno y Payán, que envasaba sal de las Salinas de San Rafael y que dio empleo a numerosas familias de Roquetas de Mar.
Con una potente campaña de publicidad, esta marca roqetera logró hacerse un hueco en el mercado español gracias a su buen uso como sal de mesa. Tras unas décadas, la fábrica entró en quiebra y después incluso sufrió un incendio el maltrecho cuartel.
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Pero sin lugar a dudas, la estocada final para este edificio histórico vino de mano de la fiebre desarrollista, que desde los años 70 se ha llevado por delante tantos edificios históricos de Roquetas. El resultado es visible en la foto: actualmente solo quedan del viejo cuartel un par de muros que, si no han desaparecido, es simple y llanamente porque nadie ha querido construir en ese solar hasta ahora.
La historia del Cuartel de Caballería de la Avenida Juan Bonachera es historia de Roquetas de Mar. Sin ir más lejos, entre el incendio y su desaparición definitiva, fue sala de cine de mudo de la mano de Francisco Estrella Pomares y después acogió durante varias décadas la Terraza Gon, un cine de verano que muchos roqueteros recordarán con añoranza. Y es que el Barrio Bajo tiene una historia muy interesante. Otro día seguimos con ella.
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