JUANMI GALDEANO
ROQUETAS DE MAR
Miércoles, 11 de agosto 2021, 12:11
Una imagen vale más que mil palabras… y en una zona como Almería, ciento mil. Alejada de las grandes ciudades, incomunicada y pobre, históricamente nuestra provincia no ha sido de las más fotografiadas de España. Menos aún Roquetas de Mar, hasta unas décadas una zona rural sin prácticamente burguesía local, por lo que en nuestra tierra una fotografía es un elemento valiosísimo. Es por eso que cada instantánea nueva que encontramos supone una alegría, y la que os traemos hoy en esta sección en una de las más valiosas que hemos hallado en el Archivo General de la Administración, en Madrid.
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Fijándonos en sus detalles, y ruego que les dediquéis el tiempo necesario, sin duda lo que domina la escena es ese bancal en el que están tres agricultores. Pero detrás de ellos encontramos la Carretera de Alicún, todavía en uso, y al fondo, como centro de la imagen debidamente elegido por el fotógrafo, la Molineta de Obras Públicas.
La Molineta de Obras Públicas
En muchas ocasiones, en el mundo de la investigación uno empieza indagando sobre un tema y, al intentar profundizar en él, te encuentras con una madeja que debes ir igualmente desenredando, llegando a nuevas informaciones que en un principio ni siquiera te habías marcado como objetivo. Es el caso de la molineta que vemos en la foto, a la cual llegamos por una investigación que estamos llevando a cabo sobre toda la molinología roquetera. El edificio, cuya finalidad era obtener agua a través de un pozo, consiste en una torre circular, con almenas, sobre la que se ubica una estructura metálica con un molinillo, lo cual supone un avance frente a los molinos y molinas de los siglos XIX y XX.
Todo bien patrimonial al que nos enfrentamos supone siempre un reto y casi siempre nos surgen las mismas dudas: cuándo se construyó, quién, para qué, qué relación mantuvo con la sociedad del momento… Sobre este edificio se ha escrito poco, y ese poco corresponde al Catálogo del PGOU municipal, donde aparece protegido afortunadamente; sin embargo, ahí se vincula con los poblados de Colonización y se fecha en los años 50, lo cual no es cierto. Comencemos a aclarar cosas: en primer lugar, no corresponde a la tipología de los pozos de Colonización, consistentes en una torreta cuadrada (ésta es circular), que funcionan con motores eléctricos. La tecnología de la molineta es necesariamente más antigua, al depender de la acción del viento, antigüedad que nos confirman testimonios orales de la zona señalándonos que ya la conocieron en funcionamiento en los años 40.
A veces hay que fijarse en los detalles, y uno de ellos es el escudo del Ministerio de Obras Públicas que sobresale de la construcción. Sin duda esto nos permite afinar más, y relacionar su construcción con alguna de las escasas, muy escasas, intervenciones en Roquetas desde Madrid previas a Colonización. Así, contamos con tres posibilidades: la edificación del faro, el trazado de la Carretera de Alicún o el puerto. A pesar de que en el faro encontramos el mismo escudo, que además es el emblema de los ingenieros de puertos, caminos y canales, éste se levantó en 1863, por lo que debemos destacar esa fecha, puesto que todavía no estaban en funcionamiento este tipo de molinetas.
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Eso nos lleva a la opción de que se construyó a la par que la Carretera de Alicún, en la década de 1910, o bien paralelamente al puerto de Roquetas, construido en la Segunda República (1931-1936). Aunque nos inclinamos por la primera opción, por estar al pie de la carretera, todavía no contamos con información suficiente para aclararlo más. Pero sin duda es un buen comienzo saber que se hizo en el primer tercio del siglo XX.
La Carretera de Alicún
Es a raíz de la molineta por lo que nos interesamos por esta carretera, para estudiar su historia y comprender su encaje en Roquetas. La históricamente conocida como Carretera de Roquetas a Alicún tenía una finalidad muy clara: comunicar de forma segura y eficaz ambos lados de la Sierra de Gádor y, por tanto, permitir una conexión directa entre el Campo de Dalías y el Valle del Andarax.
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Se trataba de una reivindicación roquetera muy antigua, tan antigua como el propio pueblo, pues de hecho en 1786 se quejan del mal estado de los caminos que atravesaban la sierra. Se trataba de senderos estrechos, parciales y muy tortuosos, en los que eran frecuentes los desprendimientos, que paralizaban por completo el tránsito de arrieros hacia esta zona, según recoge Enrique Silva en 'Roquetas de Mar. Apuntes para su historia'.
Aunque a día de hoy asociamos esta carretera al tramo existente entre El Parador y Roquetas, que fue de hecho el primero en construirse a partir de 1912, lo cierto es que se trataba de una vía de comunicación que empezaba en el puerto de Roquetas y llegaba hasta el pueblo de Alicún, de donde toma su nombre, y que no se completaría en toda su extensión hasta 1931.
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Bancales
Llegamos a lo más interesante de la fotografía, puesto que recoge un momento muy concreto de las labores agrícolas: el riego a manta, o por inundación, una técnica milenaria que requiere de gran pericia. Así, el agricultor de la izquierda controla la apertura de la canalilla, que trae agua de probablemente de algún pozo de Colonización (y no de la molineta), proporcionando un caudal que va distribuyendo el hombre de la derecha levantando pequeños caballones para conducir el agua allí donde hiciese falta. Según nos cuentan José Antonio López Vargas y Encarna Moreno, seguramente la fotografía se hizo en otoño, en un momento el que se estaba regando para preparar la tierra para la plantación, quizás para tomates, muy frecuentes en la zona.
Cabe señalar también el uso del enarenado, característica central de la agricultura almeriense, así como los setos de cañas, para proteger los cultivos del viento y de los fríos aires que provocaban las heladas, cuestión que quedaría solucionada cuando el invernadero se popularizó, pues por estas fechas todavía no tenía la presencia absoluta de hoy en día.
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En conclusión, y sin ánimo de extendernos más, es por todo esto por lo que nos maravilla esta imagen, pues nos habla de la cultura del agua, de arquitectura, de caminos y comunicaciones, de patrimonio etnológico, de prácticas agrícolas, de tecnología, de vida cotidiana … todo ello interrelacionado y formando parte de un paisaje cultural, un paisaje construido y que es vivido en cada momento histórico de una forma distinta.
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