Los acusados de tirar a un hombre desde un tercero en Roquetas rechazan haber estado en el piso

Así lo han manifestado a las preguntas efectuadas por la fiscal y sus defensas, ejercidas por los letrados Mónica Moya y Miguel Martínez, ante quienes han asegurado que ellos no acudieron a la vivienda situada en la Plaza Andalucía en la mañana del 30 de diciembre de 2022 para exigir a la víctima que abandonara el inmueble.

Los acusados, para quienes se piden diez años y nueve meses de prisión, han achacado a un posible «error» en su identificación su procesamiento en esta causa, toda vez que han rechazado cualquier tipo de intervención tanto para destrozar la puerta de la entrada como a la hora de amenazar supuestamente a la víctima porque se habría negado a «plantar marihuana» en el piso, cuya propiedad o titularidad tampoco han reconocido.

De este modo, mientras que uno de los acusados cree que fue confundido con otra persona «gorda», el otro ha señalado que el día de los hechos se encontraba con sus hijas y su expareja preparando el fin de año; al tiempo que ambos se han desvinculado también del presunto vehículo en el que habrían huido los autores de los hechos.

Durante la vista oral, no han comparecido ni la víctima ni otro de los testigos solicitados por todas las partes, que serán llamados a declarar nuevamente el próximo día 13 junto con la expareja de uno de los acusados ante la propuesta de su letrado defensor, si bien sí se ha tomado declaración a uno de los ocupantes de la vivienda.

El testigo ha dado cuenta de la presencia de ambos acusados en la zona en el momento de los hechos, cuando él se encontraba en una tienda a escasos metros de la ventana desde la que se precipitó su compañero de piso, a la que había bajado unos minutos antes para comprar algo de comida.

El hombre ha narrado que vio el momento en el que la víctima caía por la ventana aunque, según ha dicho, él no pudo ver que ambos acusados los lanzaran por la misma, si bien sí los vio posteriormente en la plaza mientras corrían en sentido contrario al lugar de los hechos, de forma que incluso ha situado a uno de ellos saliendo del bloque.

El testigo ha afirmado que uno de los acusados fue quien le ofreció la vivienda, en la que cohabitaba también con una sobrina suya, a cambio de que se la «vigilara», toda vez que habría realizado algunos trabajos para él a cambio de una contraprestación económica que no llegó a cobrar y por la que tuvieron un enfrentamiento el mismo día de los hechos, según su versión.

Aunque ha identificado plenamente a los acusados, a los que ha llegado a señalar en sala, ha admitido que pudo haber incurrido en alguna equivocación a la hora de señalarlos durante la fase de instrucción, aunque los ha vinculado también al vehículo en el que se produjo la marcha de los supuestos autores de los hechos, el cual sería de un familiar de uno de ellos.

La Fiscalía sostiene que los acusados se dirigieron al piso del perjudicado, quien vivía con un compañero, con ánimo de «presionar y coartar» su libertad para conminarle a abandonar la vivienda «en reiteradas ocasiones» y mientras esgrimían «un cuchillo».

Así, en un momento dado y ante la negativa del morado a abandonar la vivienda, los dos acusados habrían agarrado a la fuerza a la víctima y, con la «intención de acabar con su vida», la habrían arrojado por la ventana del dormitorio del tercer piso a la calle antes de marcharse del inmueble.

El perjudicado se precipitó al suelo y sufrió diversas lesiones de consideración, entre ellas un neumotórax y una contusión pulmonar con la fractura de varias costillas y un brazo, así como una esguince de tobillo, entre otras, por las que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.