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Espartaco repasa su carrera en un encuentro en el Museo Taurino

El matador de toros Juan Antonio Ruiz 'Espartaco' desgranó su vida en el mundo del toreo en una entrevista conferencia celebrada el jueves en el Museo Taurino de Roquetas. A las preguntas y comentarios de Benjamín Hernández Montanari, el diestro de Espartinas, dio varias pinceladas de sus tres décadas dedicado a los toros y también habló incluso de su vida privada, señalando que lo más importante en su vida son sus hijos. El diestro estuvo acompañado de la teniente de alcalde, Eloisa Cabrera.

Nota de prensa

Martes, 10 de mayo 2016, 11:43

De sus inicios, Espartaco recordaba que "fueron muy duros, aunque muy bonitos. Irme de un pueblo pequeñito hasta Madrid supuso un cambio profundo, hacia mucho frio y no había los medios que hay hoy. Es una etapa de mi vida que recuerdo con mucho cariño, sobre todo por mis compañeros. Fue una etapa bonita contada ahora y ya pasada".

También tuvo palabras Espartaco para su padre. "Me llamo Juan por Juan Belmonte, porque mi padre estuvo un tiempo en la finca de Belmonte. Yo nací en 1962, el mismo año que muere Juan Belmonte. Mi padre quiso rendir un homenaje a este gran torero que lo había acogido como un hijo. Mi padre me contó esta historia y llevo el nombre de Juan por Belmonte y Antonio por mi padre".

En sus principios, Espartaco contó cómo veía a su padre dar pases con un capote al viento. "Hubo un momento que me preocupó porque yo no sabía lo que hacía, y muchas veces pensaba que estaba mal de la cabeza. Me sentía mal, porque mis amigos me decían algunas veces, que mi padre estaba loco. Y yo no entendía que estuviera solo dando capotazos, y no veía toro ni veía nada. Ahora es diferente, pero en aquel momento yo lo veía muy raro".

"A mí no me gustaba para nada el mundo del toro, pero un día le dije a mi padre que quería ser torero para darle una satisfacción. Pero yo no sabía a lo que iba. Empecé el camino de querer ser torero, y comencé a entrenar. Yo tenía muchísimo miedo", confesaba Espartaco. "Empecé en una profesión que no me gustaba nada, y luego ya le tome mucho cariño. Me preparé a conciencia y comencé una vida complicada y difícil, y sobre todo, sacrificada".

En septiembre de 1981, Espartaco mata un toro en Salamanca al que le corta dos orejas y un rabo. Esta faena marca la vida del torero en aquel momento. "Ese toro fue importante para demostrarme a mi mismo que podía seguir adelante, cuando muchas veces te pasa por la cabeza cambiar de ritmo en tu vida. Ese toro fue crucial para mantenerme con ilusión unos años más. Si no me hubiera ido bien con ese toro lo mismo me hubiera planteado pasar a ser banderillero".

"Torear es poder desarrollar tus sentimientos, incluso como persona. Uno torea como es", dijo Espartaco que recordó sus famosas encerronas con seis toros. "Fue una experiencia bonita y un reto que te pones, que a veces te sale bien y otras no. En Sevilla me encerré con seis toros de Miura, pero lo hice porque tenía mucho miedo. Eso lo decidí unas navidades entre turrón y mantecados".

"El mejor reconocimiento para un torero es el cariño de la gente. Lo bonito es que te recuerden cosas bonitas, y más que los reconocimientos que te puedan hacer está el cariño de la gente" subrayó el diestro ante un Museo Taurino donde no cabía un alfiler. "He dado la vida en el torro, tengo 26 operaciones nada mas, cinco de rodilla y 21 son cornadas. Considero que he dejado parte de mi vida en el toro, que es mi infancia y mi juventud y esa no la voy a recuperar", dijo.

Con respecto a su toreo, Espartaco subrayó que "no me ha gustado nunca hacer quites, y siempre con el capote me gustaba cuidar mucho al toro hasta el final. Nunca me gustó maltratar al toro y hacerle cosas feas que le pudieran lastimar. La conexión entre toro y torero hacia que llegáramos a un entendimiento", confesó el matador de Espartinas.

Espartaco se retira de los ruedos porque se parte la rodilla jugando al futbol, una de sus grandes pasiones. "Se me partió la rodilla jugando al futbol, que ya llevaba cinco cogidas", dijo. El matador de toros también habló de su separación y de sus hijos. "Yo nunca he aceptado ningún tipo de reportaje ni he vendido nada. Pero dadas las circunstancias, pues dice, comenta y se inventan, aunque alguna cosa es cierta, pero la mayoría son inventadas, llega un momento te duelen y te hacen la vida más complicada sin saber porqué".

"Pasan cosas en la vida sin saber el porqué, y hay una cosa que son los sentimientos y es algo que no puedes controlar. Tengo que dar las gracias a Dios por haber conocido a mi mujer Patricia y por tener los tres hijos que tengo, y sobre todo he sido muy feliz. Pero por unas circunstancias, las cosas se han complicado más de lo normal, pero no por nosotros sino por circunstancias ajenas. Yo respeto a todo el mundo, he intentado no enfadarme con nadie. Tengo una bonita relación con mis hijos, nos llevamos muy bien, y el tiempo pone las cosas en su sitio", dijo Espartaco en Roquetas de Mar.

Espartaco también recordó su etapa haciendo el servicio militar en Viator en Almería. "Cuando tenía permiso me venía para Roquetas de Mar. Tengo muy buenos recuerdos de mi estancia en la mili". El torero ha vivido la experiencia de vivir en Alaska, en el Amazonas y en África. "En África me ha impresionado la forma de vivir y sobre todo como tratan a los animales. A mí me gusta mucho la caza, y en África quise ver que animal era más fiero que el toro. Ahora puedo decir que no he visto ningún animal salvaje que tuviera más bravura y agresividad que el toro".

El final de la charla estuvo marcado por la banda sonora de la película 'Memorias de África' que tanto gustan a Espartaco. "Esa me encanta y también me gusta mucho la de Bailando con lobos'.

 

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