Sin noticias de la variante de Roquetas

 

La incertidumbre entorno al proyecto es total. La Consejería de Obras Públicas ni siquiera ha llegado a terminar el tramo hasta Gran Plaza, que debiera haberse abierto al tráfico para esta pasada Semana Santa, tal y como se comprometió la Administración autonómica el año pasado.

El tramo, de 2,5 kilómetros de longitud, se 'vendió' entonces como una solución transitoria para evitar la paralización total del proyecto mientras el Ayuntamiento seguía con las gestiones para conseguir los terrenos que le faltan por poner a disposición de la Junta para poder completar toda la obra.

Sin embargo, nada impidió que el pasado mes de febrero los trabajos quedaran finalmente suspendidos, pese a que esta parte de la carretera estaba ya prácticamente terminada a falta del asfaltado y señalización de la vía, y la terminación del puente sobre la carretera de Las Losas.

Controversia

La decisión, que afectó a todas las obras pendientes de la Junta, como adelantó IDEAL entonces, generó gran controversia en la pasada campaña electoral, en la que una vez más socialistas y populares se enfrentaron por un proyecto que ambos acordaron ejecutar sin expropiar los terrenos necesarios para su construcción.

La Junta aseguró entonces que no tenía sentido seguir invirtiendo dinero en una obra que no se sabe si se llegará a terminar, dados los problemas que está teniendo el Ayuntamiento para conseguir los terrenos que faltan en el siguiente tramo, mientras que éste acusó a la Junta de faltar a su compromiso y no querer solucionar el problema de la variante.

Ambas partes tendrán que ponerse de acuerdo si quieren ver terminado el proyecto. Será éste uno de los retos a los que tendrá que enfrentarse el nuevo Gobierno andaluz en el que las competencias de Fomento estarán controladas por Izquierda Unida, formación que en Roquetas ha venido defendiendo la expropiación de los terrenos de la variante y se ha opuesto a la reparcelación de Las Salinas, en la que el Ayuntamiento incluyó el aprovechamiento urbanístico al que se comprometió en su día para compensar a los propietarios.

La reparcelación lleva casi un año parada y se desconoce cuál será su futuro. Lo último que se sabe es que el Ayuntamiento ha remitido a los redactores del documento las alegaciones y sugerencias presentadas por los afectados, un gran número de los cuáles se opuso frontalmente a los planes municipales. Si bien sí se han dado pasos para recoger en el proyecto indemnizaciones para los que llevan años perdiendo sus cosechas en los terrenos afectados por las obras.

Los terrenos que aún faltan por poner a disposición de la Junta son escasos, apenas cinco parcelas de más de un centenar de afectados, pero sin ellos la vía no podrá terminarse. El Ayuntamiento intentó en los últimos años alcanzar acuerdos de compra con algunos de ellos, pero la difícil situación económica actual ha venido a complicar aún más las cosas en un proyecto ya de por sí bastante complicado de resolver.

Lo único cierto por el momento, es que la ansiada conexión de las urbanizaciones turísticas con la A7 tendrá que esperar, mientras la carretera, en la que se han invertido hasta el momento cerca de 30 millones de los 43 previstos, sigue paralizada. Se desconoce lo que costará reanudar las obras cuando todo se solucione, pero posiblemente los costes finales serán muy superiores si pasa demasiado tiempo.

La difícil situación de los afectados

Entre los afectados, los que peor situación tienen son los que no vendieron en su día a los promotores el aprovechamiento urbanístico que el Ayuntamiento les ofrecía a cambio de sus terrenos y que cedieron sus tierras para que las obras pudieran realizarse. Muchos de ellos han perdido las cosechas de varios años sin que hasta el momento hayan recibido nada a cambio y no faltan los que se están planteando volver a cultivar en sus terrenos, ante el temor de que la solución tarde años en llegar, si bien son conscientes de que si intentan reconstruir sus invernaderos, las obras serán paralizadas inmediatamente.